Por JENNY BARCHFIELD
NITERÓI, Brasil
Agencia/AP

Para Luciana Santos, hacer su parte en la lucha brasileña para controlar el mosquito que esparce el virus del Zika, dengue y otras enfermedades es tan fácil como hacer clic un par de veces en su teléfono inteligente.

Santos vive en Niterói, que está al otro lado de la Bahía de Guanabara frente a Río de Janeiro, y es donde recientemente las autoridades lanzaron una aplicación llamada «Sem Dengue» o «Sin Dengue», que permite a los residentes reportar agua estancada que puede servir como caldo de cultivo para el mosquito Aedes aegypti.

Brasil ha intensificado su lucha contra el Aedes desde que los investigadores ahí vincularon el virus del Zika con el aumento de casos de microcefalia, una inusual anomalía congénita que deja a los bebés con cabezas inusualmente pequeñas y daños cerebrales que pueden causar retraso mental y una serie de problemas a largo plazo.

Así que cuando Santos recientemente cruzó por varios charcos que tenían larvas de mosquitos nadando, mientras paseaba con sus padres y su hijo sobre la playa Jurujuba, tomó una foto y la envió a través de la aplicación. La función de geolocalización de ésta etiquetó automáticamente la foto con el sitio exacto en que se hizo y envió una alerta detallada al ayuntamiento. En cuestión de 72 horas, los funcionarios habían desplegado un equipo para hacer frente a los charcos.

«Es una manera en que podemos ayudar a nuestra ciudad, que es nuestro papel como ciudadanos», afirmó Santos, gerente de una clínica oncológica que dice ha visto a muchos amigos y familiares enfermar de zika y dengue. «Ellos (el ayuntamiento) no tienen manera de ver todo, pero la ayuda de la población contribuye mucho» para erradicar a los mosquitos.

Salpicada con residuos de basura y escombros y con una hilera de pequeños botes de pesca de madera, la playa Jurujuba está llena de potenciales criaderos de mosquitos. Cuando llueve, todo, desde los cascos de las embarcaciones hasta los botes de plástico de helado y las tapas de botellas se llenan de agua, lo que crea espacios donde el insecto puede depositar sus huevecillos.

La playa se ha convertido en una escala regular para los cerca de media docena de inspectores del mosquito en Niterói, quienes gracias a la aplicación ahora responden al cada vez mayor número de quejas.

Desde su lanzamiento anteriormente este año, la aplicación ha generado cientos de quejas sobre sitios con mosquitos, dijo el alcalde Rodrigo Neves. Agregó que muchos de los reportes se refieren a sitios dentro de complejos residenciales u otros edificios privados que serían difíciles de encontrar para los inspectores por sí mismos.

La aplicación ha tenido el beneficio adicional de incrementar la conciencia de la gente de sus entornos y sus propios hábitats en esta ciudad de 490.000 personas, aseguró Neves.

«Creo que la aplicación ‘Sin Dengue’ es sin duda un estrategia muy exitosa para movilizar a la comunidad local en la lucha contra el Aedes», declaró Neves, quien añadió que la aplicación estaba entre varias soluciones basadas en la tecnología que Niterói ha lanzado recientemente para entender mejor las necesidades y demandas de los ciudadanos.

Para Helio Costa, uno de los agentes desplegados a los sitios reportados a través de la aplicación, es necesario un cambio en el comportamiento en la costa para ganar la lucha contra el zika. Dijo que retira tanta basura, vierte tanta agua y utiliza tanto insecticida como puede, pero hasta que la gente deje de llenar las calles con basura donde el agua se puede acumular, estarán en una dura lucha para controlar los mosquitos.

Más de dos docenas de otras ciudades en Brasil, la mayoría pequeñas o medianas, están empleando la aplicación, que fue desarrollada por la empresa emergente Colab.re, con sede en Sao Paulo.

Casos confirmados de microcefalia en Brasil saltan a 745

Brasilia/dpa

Los casos confirmados de recién nacidos con microcefalia u otras alteraciones en el sistema nervioso saltaron a 745 en Brasil, de los cuales 88 tuvieron resultado positivo para el virus del Zika, informó hoy el Ministerio de Salud.

Hace diez días, el número de casos confirmados de esa malformación cerebral era de 641, de los cuales 82 habían tenido resultado positivo para el zika.

Respecto al número de casos vinculados con el zika, la cartera de Salud aclaró que considera que el dato «no representa adecuadamente la totalidad del número de casos relacionados al virus».

Según el Ministerio, la evaluación es que «hubo infección por el zika en la mayor parte de las madres que tuvieron bebés con diagnóstico final de microcefalia».

Las autoridades brasileñas investigan 4,231 casos sospechosos de microcefalia y otras alteraciones del sistema nervioso, presuntamente originadas en infecciones congénitas como el virus del Zika u otras.

En total, desde el 22 de octubre, cuando se inició el cómputo periódico y sistemático de esa malformación, fueron notificados 6,158 casos sospechosos. Además de los comprobados, 1.182 fueron descartados.

Desde esa fecha murieron 37 bebés recién nacidos o nacidos muertos a los que se les constató microcefalia u otras alteraciones en el sistema nervioso central. Otras 102 muertes bajo esas circunstancias continúan en investigación.

El brote de la malformación congénita, que hasta 2014 se registraba entre 100 y 150 casos al año en Brasil, estalló en octubre y coincidió con el brote de zika.

Las autoridades de salud, científicos de varias partes del mundo e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) admiten que existen evidencias cada vez más contundentes de que el virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, es el causante de la epidemia de microcefalia y otros trastornos en el sistema nervioso de recién nacidos.

En entrevista con dpa, el científico brasileño Stevens Rehen, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Instituto D’Or de Pesquisa y Educación (IDOR), afirmó que cree que «no hay ninguna duda de que esa relación existe».

Explicó que muchos científicos de todo el mundo al día de hoy ya no hablan más de microcefalia, sino de «un síndrome congénito causado por el zika».

Este síndrome «puede traer microcefalia, hidrocefalia, sordera, problemas en la visión, artogriposis, entre otras dolencias, dependiendo en gran medidas del momento en que el virus atacó el cerebro», agregó.

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