Berlín
DPA
La canciller alemana, Angela Merkel, y su polémica política de puertas abiertas en la crisis de refugiados se enfrentan por primera vez a las urnas el domingo en tres comicios regionales que representan un referéndum encubierto sobre la gestión de la líder cristianodemócrata.
La afluencia de más de un millón de refugiados a la mayor economía de Europa el pasado año hizo tambalear el establishment político del país y ha provocado que las elecciones en Baden-Württemberg, Renania Palatinado y Sajonia-Anhalt dejen de lado los tradicionales debates sobre temas internos para centrarse en la que se ha convertido en la gran preocupación de los alemanes: los refugiados.
Los comicios del domingo son vistos como el primer gran test de Merkel después de que a principios de septiembre permitiera entrar a Alemania a los solicitantes de asilo varados en Budapest.
Desde ese momento, la llegada de refugiados al país no paró de crecer y Merkel tuvo que hacer frente a la acusación de haber provocado un efecto llamada, que ha puesto al límite a Alemania y ha dado alas al populismo de derecha personificado en el partido político Alternativa para Alemania (AfD) y a movimientos xenófobos, que no dudan en salir a la calle para mostrar su rechazo contra los inmigrantes.
«Hay un nuevo fenómeno en Alemania que es el voto protesta. El electorado muestra así su descontento con los partidos dominantes. Es un fenómeno, que ya ha emergido en otros países. Votar es una válvula para hacer patente su descontento», explicó a dpa Daniela Schwarzer, directora de la oficina de Berlín del German Marshall Fund de Estados Unidos, sobre el auge del populismo de derecha.
Consciente de ello, Merkel lleva tiempo intentando convencer a los alemanes de que éste es el camino por seguir y de que la solución debe encontrarse a nivel europeo. «No tengo un plan B», aseguró en el popular programa «Anne Will» de la cadena pública alemana ARD a finales de febrero, a donde acudió para defender su gestión durante una hora.
«Sí, es un camino difícil», reconoció la canciller, pero añadió que se trata de la imagen de Alemania en el mundo. «Ésta es una fase muy importante de nuestra historia», afirmó en un nuevo intento por convencer al electorado alemán de cara a las elecciones regionales.
Los sondeos auguran un fuerte auge de la AfD, un partido fundado en 2013 que se ha valido del desencanto de los ciudadanos por la gestión de la crisis de refugiados del Gobierno para resurgir después de atravesar fuertes problemas internos que llevaron a parte de sus miembros a dejar el partido para fundar uno nuevo, Alfa.
«Es un regalo para nosotros», declaró el vicepresidente de AfD, Alexander Gauland, sobre la crisis de los refugiados que ha hecho tambalear el reinado de la mandataria alemana.
De acuerdo con el último barómetro político del canal ZDF, AfD sería la tercera fuerza más votada en Renania Palatinado y Sajonia-Anhalt, con un nueve y un 18 por ciento respectivamente. Mientras, en Baden-Württemberg se haría con un 11 por ciento de los votos.
En total cerca de 12,7 millones de ciudadanos están llamados a las urnas en Baden-Württemberg, un rico estado en el suroeste del país conocido por su poderosa industria; en su vecino Renania Palatinado, famoso por elaborar algunos de los mejores vinos del país; y en Sajonia-Anhalt, el empobrecido estado de la antigua Alemania del este.