Palma
DPA

Iñaki Urdangarin, cuñado del rey Felipe VI, desvinculó hoy a su esposa, la infanta Cristina, de los negocios investigados en el caso de corrupción por el que ambos están siendo juzgados y apuntó a la Casa Real española.

En su segunda declaración ante el tribunal en Palma de Mallorca (este), aseguró que la institución estaba al tanto de las actividades del Instituto Nóos, una entidad a través de la cual el acusado presuntamente se habría embolsado más de seis millones de euros de dinero público junto a su entonces socio.

A preguntas del fiscal, destacó que el encargado de las declaraciones tributarias de su esposa era un asesor que «venía de parte» de la casa del rey» y que el entonces secretario de las infantas Cristina y Elena en la institución, Carlos García Revenga, conocía todas sus decisiones.

«Yo no daba un paso en mi vida sin consultar con García Revenga», apuntó.

Urdangarin exculpó a la infanta Cristina de cualquier posible irregularidad al asegurar que «no desarrollaba ninguna función» en Nóos y que era «simplemente miembro de la junta directiva» de la entidad sin ánimo de lucro ligada al mundo del deporte.

El acusado también desvinculó a su esposa del «día a día» de Aizoon, la empresa que poseían a medias y que él habría utilizado presuntamente para desviar y ocultar ganancias al fisco.

Tras un primer interrogatorio el viernes en el que abundaron las respuestas evasivas, hoy Urdangarin explicó que salió de la junta directiva de Nóos en 2006 por «recomendación» de un asesor del entonces rey Juan Carlos, al surgir las primeras sospechas sobre posibles contratos irregulares.

«El planteamiento (…) era salirnos de los formalismos de Nóos y que yo diera un giro a mi vida profesional, centrándome en consejos de administración y en la asesoría de empresas», dijo.

Admitió también ante el tribunal el cobro de 710 mil euros por su trabajo en la organización de dos cumbres relacionadas con el deporte y celebradas en Baleares y Valencia, aunque se desvinculó de las posibles contrataciones fraudulentas.

Urdangarin, de 48 años, está acusado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, contra Hacienda y blanqueo de capitales. El fiscal pide para él 19 años y medio de prisión.

A la infanta Cristina se le acusa de haberle ayudado a evadir dinero ganado ilícitamente. La acusación popular pide para ella una pena de cárcel de ocho años. Será la última en declarar de los 17 acusados en el caso.

El escándalo del llamado «caso Nóos» supuso un duro golpe para Juan Carlos I en la última parte de su reinado, hasta el punto de que influyó en su decisión de abdicar en su hijo Felipe en 2014.

La infanta Cristina, de 50 años y sexta en la línea de sucesión al trono, es el primer familiar directo del rey que se sienta en el banquillo de los acusados en la historia reciente de España.

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