Madrid
DPA

Nunca antes se había presentado a la sesión de investidura como jefe del Ejecutivo español un candidato que no fuera el líder del partido más votado. El socialista Pedro Sánchez será mañana martes el primero en hacerlo, pero salvo sorpresa, sus opciones de ser proclamado presidente del Gobierno son nulas.

Sánchez acude al Congreso de los Diputados avalado por los 90 escaños de su Partido Socialista (PSOE) y los 40 del liberal Ciudadanos, con el que selló un acuerdo la semana pasada. Pero de nada sirven esos 130 apoyos si el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, con 123, y Podemos, con 69, votan contra él.

El líder del PSOE presentará el martes por la tarde su programa de Gobierno y el miércoles tendrá lugar la primera votación, en la que es precisa una mayoría absoluta (176 votos) inalcanzable para Sánchez. Se volverá a votar 48 horas después, y entonces le valdrían ya más síes que noes, pero tampoco entonces podrá lograr la investidura si el PP o Podemos no se abstienen.

Hasta el último momento intentó Sánchez convencer a la formación de Pablo Iglesias. «Por nosotros no va a ser. Ofrecemos un acuerdo a las fuerzas del cambio para que pongan fin esta semana al Gobierno de Rajoy», dijo hoy al hacerle una oferta de última hora.

Pero el partido izquierdista, que aspiraba a una coalición de izquierdas con Iglesias como poderoso vicepresidente, considera incompatible su programa con Ciudadanos y rechazó la propuesta.

«El PSOE nos envía varios documentos que son un corta y pega de su pacto con Ciudadanos, escondiendo las medidas más vergonzosas. Esto no es serio», escribió el líder de Podemos en su cuenta de Twitter.

Tampoco el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha tenido éxito en su pretensión de convencer a Rajoy. «Quien no quiera gobernar, al menos que deje hacerlo», dijo hoy el liberal.

La repetición de comicios el 26 de junio y la crisis institucional en la que derivaría esa situación sin precedentes cobra pues cada vez más fuerza. Si el 2 de mayo no hay un jefe del Ejecutivo investido, se convocarán automáticamente elecciones y eso se traduciría en más de medio año con el Gobierno de Rajoy en funciones.

El líder conservador fue el que propició que el rey Felipe VI encargara a Sánchez intentar formar Gobierno cuando él declinó el mandato por no ver opción en esos momentos de lograr los apoyos suficientes para su investidura, con todos los demás partidos enfrentados a él por los escándalos de corrupción en el PP.

Rajoy, no obstante, mantiene su aspiración de volver a presidir el Ejecutivo español y ha dejado sobre la mesa su propuesta de un Gobierno de coalición con PSOE y Ciudadanos. Tras la investidura fallida de Sánchez tomará la iniciativa, aunque recientemente admitía a su homólogo británico, David Cameron, que el escenario más probable es el de nuevas elecciones en junio.

Pedro Sánchez no solo será el primer candidato que aspira a la investidura sin haber ganado las elecciones. También será el primero que se presenta a la votación y fracasa en casi 40 años de democracia en España. Pero la derrota no será tan amarga como a primera vista puede parecer.

El líder socialista, que este lunes cumplió 44 años, parecía acabado políticamente hace solo dos meses, cuando el PSOE registró el peor resultado electoral de su historia, pero se ha recuperado.

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