Madrid
DPA

El pacto entre el socialista Pedro Sánchez y el liberal Albert Rivera es ya una realidad de facto: el candidato a la investidura como jefe del Ejecutivo de España aceptó hoy la reforma de la Constitución que exigió el líder de Ciudadanos para pactar un acuerdo de Gobierno.

«Que no le quepa duda a los españoles de que habrá acuerdo», aseguró Sánchez. «Cuando hay voluntad de cambio, hay voluntad de acuerdo», manifestó el líder del Partido Socialista (PSOE) en una rueda de prensa convocada sobre la marcha.

Un par de horas antes, el Presidente de Ciudadanos había planteado como condición irrenunciable para el acuerdo una reforma exprés de la Constitución española en cinco temas, a realizarse en los primeros tres meses de Gobierno.

Esa reforma incluye la limitación del mandato del Presidente del Gobierno a ocho años, la despolitización de la Justicia y la supresión del aforamiento de diputados y senadores para que no puedan protegerse en casos de corrupción.

Además, fija la facilitación de las iniciativas legislativas populares y una reforma de la administración para suprimir duplicidades que pasa por suprimir las Diputaciones Provinciales. Este último era el punto más problemático para los socialistas, pero Sánchez se mostró también de acuerdo en cumplirlo.

En las próximas horas se cerrará «un acuerdo de legislatura» entre «un partido de centro-izquierda» y «otro de centro-derecha», dijo el líder del PSOE, que va a someter ese pacto a un referéndum entre los militantes de su formación.

El camino hacia La Moncloa se le allana una semana antes de que el martes 1 de marzo arranque su debate de investidura. No obstante, sigue sin tenerla garantizada.

PSOE y Ciudadanos, segunda y cuarta fuerza del Congreso, suman juntos 130 escaños (90 socialistas y 40 liberales), un resultado insuficiente por sí mismo para que Sánchez sea investido en una cámara con 350 diputados.

Precisan la abstención del PP de Rajoy (122 escaños) o la del izquierdista Podemos (69), primera y tercera fuerza en la Cámara. A día de hoy, ninguno de los dos partidos está dispuesto a ello.

Rivera aspira a poder convencer a la formación de Rajoy de que se abstenga, teniendo en cuenta que un pacto del PSOE con Ciudadanos disipa la posibilidad de que los socialistas pacten con Podemos y el partido de Pablo Iglesias entre en el Gobierno.

La reforma constitucional propuesta por Rivera y aceptada por Sánchez necesita del apoyo del PP, ya que el partido de Rajoy controla el Senado con mayoría absoluta y podría frenarla.

Sánchez, por su parte, intentará que el acuerdo sea aceptado por otras fuerzas políticas, incluida Podemos, según dijo. «Un acuerdo con Ciudadanos es absolutamente irrelevante», manifestó hoy el número dos de Podemos, Íñigo Errejón. «El PSOE puede llegar a acuerdos con Ciudadanos o con el Capitán Trueno. No hay Gobierno».

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