BRUSELAS, Bélgica
AP

El primer ministro británico, David Cameron, hoy mantuvo sus posiciones ante sus socios europeos después de reuniones durante la noche que resultaron más arduas de lo previsto y lograron escasos avances en sus reclamos de una Unión Europea con menor intromisión en los asuntos internos de los países.

El bloque de 28 naciones, orgulloso de sus décadas de integración entre naciones otrora enemigas, se encuentra en un punto de inflexión. En una tensa cumbre en Bruselas, Cameron y otros gobernantes se mostraron irreductibles, en parte para demostrar a sus respectivos votantes que están defendiendo sus intereses.

«Hemos avanzado un poco, pero todavía no hay acuerdo», dijo Cameron al regresar a las reuniones luego de unas pocas horas de interrupción. «Vamos a entrar. Vamos a trabajar un poco más, y yo haré todo lo que pueda».

Muchos británicos dudan de que valga la pena pertenecer al bloque, de manera que Cameron impulsa una reforma de la UE que espera convenza a los votantes de ratificar la permanencia en un referendo que podría realizarse en junio.

Un desayuno de trabajo para abordar las inquietudes de Cameron fue demorado hasta la hora del almuerzo. Un funcionario británico que habló bajo la condición reglamentaria de anonimato dijo el viernes por la mañana que la brecha se reducía, pero «no hay acuerdo en nada hasta que haya acuerdo en todo».

Otro funcionario europeo dijo que no se habían resuelto las diferencias existentes, pero tampoco habían surgido problemas nuevos. Habló bajo la condición de anonimato porque las consultas se realizan a puertas cerradas.

El proyecto de acuerdo garantiza a los nueve países de la UE que no usan la moneda común -Gran Bretaña es uno de ellos- que no serán marginados, al tiempo que concede mayores poderes a los parlamentos nacionales.

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