Kabul
Agencia dpa

Los talibanes envían cada vez a más niños al combate, según se desprende de un informe publicado hoy por la organización defensora de los derechos Humanos Human Rights Watch (HRW), que denuncia el reclutamiento de al menos 100 niños en 2015 sólo en el distrito de Chardara, en la provincia de Kunduz.

El reporte destaca que las cifras aumentaron en particular a partir de abril de 2015, al lanzarse la gran ofensiva talibán en el norte del país.

En septiembre los talibanes llegaron a ocupar casi en su totalidad la ciudad de Kunduz, donde estuvo estacionado el Ejército alemán hasta hace dos años. Los radicales fueron expulsados pero siguen controlando amplias zonas de la provincia, que fue el principal punto de la investigación de HRW.

Los insurgentes utilizan cada vez más la escuelas religiosas para entrenar militarmente a los niños, asegura el texto. Allí aprenden a manejar armas, fabricar bombas y colocarlas.

Sobre todo las familias pobres envían a sus hijos a esas escuelas porque asumen los gastos de su alimentación y de su ropa. El adoctrinamiento comienza con sólo seis años y la mayoría de niños soldados tienen entre 13 y 17 años, señala el informe.

La enviada especial de la ONU para los niños en los conflictos armados, Leila Zerrougui, señaló que también hay informes que apuntan a que los talibanes en Kunduz enviaron a combatir a niños de diez años. El reclutamiento de niños está prohibido por el derecho internacional.

Las filas talibanes negaron lo señalado por el informe y aseguraron que era «propagandístico». HRW, acusaron, no aporta ninguna prueba de lo reportado. Aseguraron además que en el artículo 69 del texto de reglas de los talibanes se indica que «aquellos que no tengan barba por ser demasiado jóvenes» no pueden estar en campos militares, ni ser utilizados para tareas de la yihad, ni vivir junto a combatientes.

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