BENGAZI, Libia
AP

Representantes de las facciones rivales libias que negocian en Túnez un proceso mediado por Naciones Unidas, anunciaron hoy la formación de un gobierno de unidad que busca frenar el caos que se ha apoderado del país desde el levantamiento popular de 2011.

En un comunicado recibido por The Associated Press a primera hora de hoy, el Consejo Presidencial de Unidad dijo que se acordó la creación de un gobierno de 32 miembros, con representantes procedentes de todo el país.

Pero todavía está por ver si el nuevo ejecutivo podrá gobernar de facto el país.

Libia se sumió en el caos tras el derrocamiento y asesinato del dictador Moamar Gadafi en 2011. Pero desde 2014, las divisiones no han hecho más que acentuarse, dividiendo la nación en dos gobiernos con sendos parlamentos —el reconocido internacionalmente en el este del país, y el respaldado por islamistas en la capital, Trípoli.

Cada bando está apoyado por una serie de diferentes milicias. En medio del caos surgió un grupo local afiliado a la milicia radial Estado islámico que reclamó la autoría de varios ataques letales mientras intenta expandir los territorios que controla y ampliar su poder sobre instalaciones petrolíferas, la única fuente de riqueza del país.

El pasado diciembre, bloques de los parlamentos rivales firmaron un acuerdo mediado por la ONU para formar el gobierno de unidad y establecer el Consejo Presidencial de Unidad. La institución, con sede en Túnez, incluye a representantes de ambas cámaras y gobiernos, así como delegados de otras facciones. Pero algunos miembros de las dos principales corrientes han rechazado el plan de Naciones Unidas.

Según el acuerdo, el nuevo gobierno se establecería en Trípoli, pero no está claro si las autoridades asentadas ahora en la ciudad y que son contrarias a esta iniciativa permitirán su funcionamiento. Recientemente, un primer ministro en la capital amenazó con el uso de la fuerza contra un comité de seguridad encargado de asegurar la sede del nuevo ejecutivo.

El responsable del consejo, que debería ser el primer ministro, Fayez Sarraj, ha tenido problemas para formar el gobierno de unidad, que ahora tiene 10 días para lograr el respaldo del parlamento reconocido internacionalmente.

La formación del gobierno muestra el intento de Sarraj por juntar a los dos bandos, una táctica que podría desencadenar una nueva ronda de discusiones.

El designado ministro de Defensa, Al-Mahdi al-Barghathi, es uno de los comandantes del ejército del este. Ha estado luchando contra una coalición de extremistas islámicos, incluyendo la filial local del grupo EI en la ciudad oriental de Bengazi. Responde ante el jefe del ejército, el general Khalifa Hifter, uno de los hombres fuertes del país y una figura divisiva por su enemistad con islamistas de todas las tendencias, incluida la relativamente moderada Hermandad Musulmana.

El candidato a ministro de Interior, Al-Aref al-Khoga, ya ocupó ese cargo en el gobierno asentado en Trípoli, que es conocido por tener estrechos vínculos con los islamistas. El que sería ministro de Información, Khaled Nejm, ocupa el mismo puesto en el ejecutivo que rige ahora el este de Libia y es un federalista que aboga por una región semiautónoma en esa zona.

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