Stuttgart
Agencia dpa

Cerca de 7 mil personas se reunieron hoy en una céntrica plaza de Stuttgart, sur de Alemania, para protestar contra el racismo y la violencia en plena tensión por la crisis de refugiados.

«A los incendios cobardes de hogares de acogida, la caza de extranjeros o la violencia sexista les sacamos la tarjeta roja», dijo Frank Otfried July, obispo evangélico de Württemberg, ante una multitud que agitaba banderas con el símbolo de la paz.

El acto fue convocado por la Unión de Sindicatos Alemanes (DGB) en Baden-Württemberg, el poderoso estado federado que tiene a Stuttgart como capital y que celebra elecciones regionales en menos de un mes. Unas 80 organizaciones apoyaron la manifestación.

La vicejefa de la DGB, Gabriele Frenzer-Wolf, advirtió del riesgo de que los refugiados se conviertan en arma de campaña para los comicios del 13 de marzo, en los que podría entrar al parlamento regional el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD).

La marcha se convocó después de un 2015 marcado por cientos de ataques a centros de acogida de solicitantes de asilo y tras la ola de agresiones sexuales y robos registrados la noche de Año Nuevo en Colonia y atribuidos a refugiados.

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