Teherán/Bagdad
Agencia dpa

Irán se mostró hoy dispuesto al diálogo con Arabia Saudí y prometió una acción severa contra los responsables del asalto a la embajada saudí en Teherán, después de que la monarquía del Golfo rompiera las relaciones bilaterales desatando una crisis diplomática regional.

«Los atacantes son criminales cuyos actos ilegales y no islámicos han dañado la imagen internacional de Irán», dijo hoy el presidente iraní, Hassan Rohani. El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Yawad Zarif, había condenado antes el ataque y prometido una acción dura contra los responsables. Hasta el momento 50 personas han sido detenidas.

Riad rompió relaciones con Teherán el domingo, en respuesta al asalto a su embajada en Teherán por manifestantes que protestaban por la ejecución por las autoridades saudíes de Nimr al Nimr, un popular clérigo chiita crítico con la casa real. Junto a él, Riad ejecutó a otros 46 presos, desatando críticas en todo el mundo.

Los diplomáticos iraníes abandonaron hoy Arabia Saudí tras la decisión de Riad, informó la agencia oficial de noticias saudí SPA.

Tras el paso dado por Riad, también Bahréin y Sudán rompieron relaciones con Irán, mientras que los Emiratos Árabes Unidos degradaron las relaciones diplomáticas y Kuwait llamó a consultas a su embajador en Irán.

Omán, miembro del Consejo de Cooperación del Golfo, condenó hoy el ataque contra la embajada saudí en Teherán, que consideró inaceptable, pero mantuvo sus relaciones con Irán, aunque estuvo a punto de rebajarlas.

«Irán no quiere tensiones en la región y siempre saludará el diálogo con sus vecinos», dijo hoy Yawad Zarif en una rueda de prensa en Teherán.

«Queremos amistad, hermandad y buenas relaciones con todos los países de la región», destacó también Rohani, después de que el líder supremo, el Ayatolá ALi Jamenei, amenazara a los líderes saudíes con la «venganza de dios» tras la ejecución de Al Nimr.

Todos los países de la región deberían unirse, especialmente en la lucha contra la amenaza actual del terrorismo, añadió Zarif. Sin embargo, acusó a Arabia Saudí de bloquear continuamente los intentos de colaboración constructiva. «Irán siempre ha mostrado y continuará mostrando paciencia en esa cuestión», señaló.

La actual escalada diplomática es la más grave desde 1988 tras los enfrentamientos entre las fuerzas saudíes y los peregrinos iraníes, que desataron una crisis que duró tres años.

Mientras tanto, la ejecución del clérigo chiita sigue provocando protestas entre los chiitas de la región. Miles de iraquíes condenaron hoy la ejecución con una manifestación en el centro de Bagdad, muchos vestidos con uniforme militar y blandiendo imágenes de Al Nimr.

Los manifestantes, entre ellos algunos diputados chiitas, exigían al gobierno el cierre de la embajada de Arabia Saudí en Bagdad, reabierta el mes pasado tras 25 años. Además pedían la ejecución de nacionales saudíes detenidos en las cárceles iraquíes por delitos relacionados con el terrorismo.

Líderes políticos y religiosos en Irak ya han advertido del peligro de un aumento de la violencia sectaria.

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