GARLAND, Texas, EE.UU.
AP

Mientras los residentes del norte de Texas analizaban hoy la destrucción de los mortíferos tornados del fin de semana, el sistema de tormentas que desencadenó los meteoros trasladaba un tiempo invernal al centro-norte de Estados Unidos y agravaba las inundaciones, a las que ya se atribuían más de una decena de muertes y obligó a cancelar cientos de vuelos.

Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas al paso de los tornados en la zona de Dallas, donde causaron daños considerables. Las tormentas e inundaciones en Missouri e Illinois se sumaban a una serie de efectos del mal tiempo en todo el país, que provocaron al menos 43 muertes en menos de una semana.

Para hoy se pronosticaron precipitaciones en el centro del país con nevadas intensas, heladas y vientos fuertes en 11 estados y lluvias intensas en zonas ya anegadas de Missouri y Arkansas.

Las tormentas obligaron a cancelar unos 900 vuelos, un tercio de ellos en el aeropuerto internacional Dallas-Fort Worth, y provocaron demoras de otro medio millar, según el servicio de rastreo FlightAware.

Los daños empezaban a quedar patentes el domingo en el norte de Texas, donde las autoridades estimaban que hasta 1.450 viviendas quedaron dañadas o destruidas. Había vehículos destrozados, líneas eléctricas derribadas y árboles arrancados. Las lluvias fuertes, el viento y las temperaturas bajas complicaban las tareas de limpieza el domingo por la tarde.

«Esto representa un enorme impacto sobre nuestra comunidad y todos estamos sufriendo», dijo Pedro Barineau, teniente de la policía de Garland, en referencia a ese suburbio ubicado 32 kilómetros (20 millas) al noreste de Dallas donde ocho personas perdieron la vida, 15 resultaron heridas y unas 600 estructuras resultaron dañadas, principalmente casas.

El servicio meteorológico dijo que un tornado EF-4, el segundo más poderoso de la clasificación con vientos de más de 320 kph (200 mph), azotó la comunidad el sábado alrededor de las 6:45 de la tarde.

Natalie Guzman, de 33 años, tomó fotografías de la casa de su familia en un vecindario en Garland. Una pared de la cochera se vino abajo al igual que el techo. La única parte de la vivienda que al parecer se salvó fue la recámara principal, en la que su cuñado se refugió el sábado en la noche. Él era la única persona que estaba en la casa y le dijo que apenas tuvo tiempo para refugiarse con sus perros en el baño.

«Fue peor de lo que imaginé», declaró Guzmán al comparar el escenario con las fotos que su cuñado le había enviado el sábado.

En el poblado de Rowlett, cerca de Garland, el administrador municipal Brian Funderburk dijo ayer en la mañana que 23 personas resultaron heridas, sin que se informara de muertos ni desaparecidos. Los daños se correspondían con un probable tornado de categoría EF-3 con vientos de 265,5 kph (165 mph), según el servicio meteorológico.

En un comunicado anoche, el juez del condado de Dallas Clay Jenkins informó que hasta 600 viviendas habían sufrido daños en Rowlett.

Los equipos de emergencia pintaban una «X» negra en las puertas tras registrar cada vivienda. En algunos casos se veía como si las casas se hubieran elevado y dejado caer sobre el suelo en un montón de escombros. Los patrulleros del estado cortaron carreteras, equipos de reparaciones restauraron el suministro eléctrico y la gente caminaba por la zona, en silencio y aturdida.

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