
Por DAVID WARREN y REESE DUNKLIN
GARLAND / Agencia AP
Mientras los residentes del norte de Texas analizaban la destrucción de los mortíferos tornados del fin de semana, el sistema de tormentas que desencadenó los meteoros trasladaba un tiempo invernal al centro-norte de Estados Unidos y agravaba las inundaciones, a las que ya se atribuían más de una decena de muertes.
Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas al paso de los tornados en la zona de Dallas, donde causaron daños considerables. Las tormentas e inundaciones en Missouri e Illinois se sumaban a una serie de efectos del mal tiempo en todo el país, que provocaron al menos 43 muertes en menos de una semana.
Para el lunes se pronosticaron precipitaciones en el centro del país con nevadas intensas, heladas y vientos fuertes en 11 estados y lluvias intensas en zonas ya anegadas de Missouri y Arkansas.
Los daños empezaban a quedar patentes el domingo en el norte de Texas, donde las autoridades estimaban que hasta 1.450 viviendas quedaron dañadas o destruidas. Había vehículos destrozados, líneas eléctricas derribadas y árboles arrancados. Las lluvias fuertes, el viento y las temperaturas bajas complicaban las tareas de limpieza el domingo por la tarde.