San José
Agencia dpa

Al menos 8 mil inmigrantes cubanos pasarán la Navidad en Costa Rica, varados en albergues y tiendas de campaña o acurrudados en puestos del sector fronterizo costarricense de Paso Canoas, en el sur del país, sin esperanzas de alcanzar su añorado «sueño americano».

Los países que integran el Sistema de Integración Centroamericano (Sica) se reunieron el martes en México para intentar resolver la crisis migratoria pero no lograron levantar la esclusa que les impide a los migrantes cubanos desde hace más de un mes proseguir la travesía hacia Estados Unidos, su destino final.

Países centroamericanos no dieron marcha atrás y siguieron firmes en mantener cerrado el paso que les impide a los inmigrantes seguir su ruta hacia territorio estadounidense, donde son beneficiados con privilegios migratorios al amparo de la Ley de Ajuste Cubano de 1966.

En la cita celebrada en México las autoridades migratorias del Sica mantuvieron posiciones inflexibles, indicó la cancillería costarricense.

La falta de «solidaridad» de sus vecinos alegada por el gobierno costarricense condujo a San José a retirar a su país de los foros políticos del Sica desde el viernes pasado. También suspendió desde el sábado los visados temporales que venía otorgando a los inmigrantes cubanos que desde hace un mes llegaban en oleadas a Paso Canoas, en la frontera con Panamá.

Pese a la suspensión de los visados y la amenaza de realizar deportaciones a Cuba, los emigrantes continúan arribando al país y se aglomeran en el puesto limítrofe de Paso Canoas, donde duermen en tiendas de campaña, en pequeños hoteles e incluso al aire libre.

Las escenas son similares en poblaciones de la frontera de Costa Rica con Nicaragua, donde están varados casi 6 mil cubanos.

La reunión de México, convocada por el Sica y a la que asistieron representantes de otros países mesoamericanos y Estados Unidos, culminó sin resultados importantes. El único acuerdo concreto fue concertar otra cita para el 28 de diciembre en Guatemala o en la ciudad mexicana de Guadalajara.

La desesperación y la tristeza es cada vez mayor entre los casi 8 mil inmigrantes atrapados entre Paso Canoas y el interior de Costa Rica.

El «sueño americano», que buscaban con ansias al abandonar legalmente Cuba semanas atrás, es ahora una lejanísima ilusión en vísperas de las fiestas navideñas y las celebraciones de fin de año.

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