LAGOS, Nigeria
AP

Soldados nigerianos dispararon sobre niños chiíes desarmados sin provocación antes de una operación injustificada en la que murieron cientos de personas de esta rama del islam, una minoría en el país africano, afirmó hoy la organización Human Rights Watch.

Las acusaciones se conocían mientras el guardián de los aproximadamente 80 millones de musulmanes en Nigeria, el sultán Muhamad Sa’ad Abubakar de Sokoto, advirtió al gobierno en contra de medidas que puedan radicalizar a los musulmanes, en un país que ya ha perdido 20.000 vidas ante la insurgencia islamista de Boko Haram.

Human Rights Watch dijo el miércoles que tiene dudas sobre la versión del ejército nigeriano sobre que las redadas realizadas durante tres días en zonas de una congregación chií en la localidad norteña de Zaria siguieran a un intento de asesinato del jefe del ejército.

El ejército nigeriano dijo que las operaciones entre el 12 y el 14 de diciembre se produjeron después de que varios chiíes intentaran bloquear el convoy del general Tukur Buratai.

«Es casi imposible ver cómo un bloqueo de carretera de jóvenes descontentos podría justificar la matanza de cientos de personas. En el mejor de los casos fue una brutal reacción exagerada, y en el peor fue un ataque planificado contra el grupo minoritario chií», dijo el director en África de Human Rights Watch, Daniel Bekele.

El grupo con sede en Nueva York señaló que la versión del ejército «simplemente no se sostiene».

Hasta 1.000 personas podrían haber muerto en las operaciones militares, según dijeron activistas de derechos, lo que desató protestas en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana. Las protestas se extendieron a Teherán, la capital iraní, y Nueva Delhi en India.

El líder del grupo chií objeto de las redadas, Ibraheem Zakzaky, influido por Irán y que viste como un ayatolá, sufrió cuatro heridas de bala, según médicos de la familia, y es uno de las decenas de detenidos.

Su movimiento islámico chií en Nigeria indicó el martes que algunas personas heridas en los ataques estaban muriendo bajo detención militar y policial porque se les negaba atención médica.

El portavoz del movimiento, Ibrahim Musa, dijo también que el gobierno del estado de Kaduna ha tomado el relevo del ejército para seguir destruyendo propiedades del grupo, que se estima tiene unos 3 millones de seguidores. Una escuela y un cementerio fueron allanados el lunes con excavadoras, señaló el vocero.

«No debería permitirse que se repita la historia de las circunstancias que desencadenaron el brote de insurgencia militar en el pasado, con consecuencias cataclísmicas de las que Nigeria aún no se ha recuperado», advirtió en un comunicado el lunes el sultán de Sokoto, presidente del Consejo Supremo de Nigeria para Asuntos Musulmanes.

Boko Haram reapareció de forma mucho más violenta después de que las fuerzas de seguridad atacaran su mezquita y complejo y mataran a unas 700 personas en 2009, incluidos el líder Mohammed Yusuf, un seguidor de Zakzaky que había liderado una escisión del grupo.

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