La Habana
Agencia dpa
La bandera que ondea desde hace meses frente al Malecón de La Habana es sólo uno de los cambios más visibles del último año en Cuba.
La isla es distinta desde que anunció una nueva era en sus relaciones con Estados Unidos el 17 de diciembre de 2014. No sólo la reapertura de la embajada norteamericana a mediados de agosto, sino también el nuevo tono de diálogo con el antiguo rival ideológico que ha revolucionado al viejo bastión socialista en el Caribe.
Políticos y empresarios, pero también celebridades y deportistas de éxito han convertido a Cuba en los últimos 12 meses en un destino de moda para los estadounidenses. En febrero, Paris Hilton, heredera de la famosa cadena de hoteles expropiada alguna vez en la isla, causó sensación posando junto al hijo de Fidel Castro en La Habana.
La cantante Katy Perry o el boxeador Floyd Mayweather son otros de los estadounidenses famosos que se dejaron ver en Cuba. Pero también decenas de miles de viajeros comunes impulsan el que parece ser un «boom» turístico desde la otra orilla del Estrecho de la Florida.
Este año «ha roto récord», cree Tatiana Mena, guía turística y especialista en museos que trabaja en Finca Vigía, la mítica villa en la que el escritor Ernest Hemingway, posiblemente el estadounidense más querido en Cuba, vivió en La Habana entre las décadas de los 40 y 60.
Un 30 por ciento de los alrededor de 100 mil visitantes de 2015 en la finca ubicada unos 15 kilómetros al suroeste del centro de la ciudad era de Estados Unidos, calcula Mena. «Los americanos son a los que más les interesa Hemingway», constata.
Se estima que este año el turismo crecerá en un 18 por ciento en Cuba, en gran parte gracias a los viajes desde Estados Unidos. Un 70 por ciento de ese incremento se debe a los norteamericanos, según cifras que presentaba el economista cubano Omar Everleny recientemente en un artículo.
Ello, pese a que el embargo que Washington impone a la isla desde los años 60 sigue impidiendo formalmente turismo estadounidense a Cuba. Las autoridades norteamericanas autorizan los viajes sólo en 12 categorías, por ejemplo por motivos familiares o intercambios culturales.
«Hemos tenido un incremento de viajes autorizados de ciudadanos estadounidenses en un 50 por ciento», indicaba ayer el encargado de negocios de la embajada norteamericana en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, respecto a las facilidades para las visitas aprobadas por la Administración de Barack Obama a raíz del deshielo.
La reconciliación diplomática también ha disparado el interés por hacer negocios con Cuba en Estados Unidos. Desde de la visita del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para la reapertura de la embajada estadounidense en agosto, dos miembros más del gabinete de Barack Obama han estado en La Habana.