Oslo, Noruega
Agencia dpa
El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez recogió hoy el Premio Nobel de la Paz durante la ceremonia de entrega de los galardones en Oslo, en la que se alabó su «intervención resuelta» para frenar la espiral de violencia.
La organización integrada por el sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la patronal de empresarios UTICA, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTD) y la cámara de abogados vio reconocido con el premio su compromiso por la democracia en el país norafricano.
El Cuarteto fue creado en el verano (boreal) de 2013 cuando el proceso de democratización de Túnez se encontraba en riesgo de colapsar tras el asesinato de varios políticos del país que desató disturbios sociales. La organización logró encauzarlos en un proceso político pacífico.
«En el verano de 2013, Túnez estaba al borde de una guerra civil», dijo la presidenta del jurado, Kaci Kullmann Five, durante la ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo. «La resuelta intervención del cuarteto contribuyó a frenar la espiral de violencia y a llevar la situación por una senda pacífica», agregó.
Su pluralidad dio a la organización civil la posibilidad de convertirse en fuerza impulsora de la democratización, dijo Kullmann Five.
«Espero que lo que se consiguió en Túnez inspire a otros países de Oriente Medio que quieren seguir evolucionando», afirmó el ministro de Exteriores noruego, Børge Brende.
«Quizás esto movilice a una parte de las fuerzas silenciosas que hoy no quieren comprometerse debido a lo agudo de los conflictos», apuntó por su parte la primera ministra noruega, Erna Solberg.
Sin embargo, desde que en octubre se anunció la concesión del premio Túnez se vio sacudida por atentados terroristas. Un atentado suicida contra la guardia presidencial hizo que a finales de noviembre se decretase el estado de emergencia.
El país norafricano lucha además contra importantes problemas económicos y sociales. Debido a un conflicto salarial que se prolonga desde hace semanas, el sindicato y la patronal viajaron enfrentados a la entrega del premio.
El jurado es consciente de los retos a los que se enfrenta Túnez, dijo Kullmann Five. Pero «esperamos que el Premio Nobel de la Paz contribuya a que no haya un retroceso al Túnez que había antes de la democratización», apuntó. Según Kullmann Five, la comunidad internacional tiene parte de responsabilidad y debe invertir en Túnez.
«Seguiremos trabajando por nuestro país y apostando por el diálogo y el consenso como forma de superar las dificultades», dijeron los galardonados al final de su discurso.
En 2014 el Premio Nobel de la Paz fue para la joven activista paquistaní Malala Yousafzai y para el defensor de los derechos de la infancia indio Kailash Satyarthi.