BUENOS AIRES
AP

Mauricio Macri juró hoy como nuevo presidente de Argentina hasta 2019 con un discurso conciliador pero contundente en el que prometió combatir la corrupción y pidió la colaboración de todos los sectores políticos para hacer frente a los desafíos económicos.

Macri, un tecnócrata conservador de 56 años, juró «por Dios y estos santos evangelios desempeñar con lealtad y honestidad el cargo de presidente de la nación y observar y hacer observar con fidelidad la constitución de la Nación Argentina», ante los presentes reunidos en el Congreso, adonde no acudió la presidenta saliente Cristina Fernández ni la mayoría de los legisladores peronistas que le responden.

En su primera alocución como presidente, Macri sostuvo que la prioridad de su gobierno será alcanzar la «pobreza cero», combatir la corrupción y el narcotráfico y unir a los argentinos.

Macri dijo que sus compatriotas «están cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil» y convocó «a todos a aprender el arte del acuerdo».

«Está en nuestras manos superar las situaciones que nos han separado del camino del crecimiento», dijo el flamante presidente, que convocó a la unidad nacional reiteradamente en su discurso, el cual fue ovacionado en varias ocasiones.

Macri, miembro de una familia empresaria, presidió el club de fútbol Boca Juniors y fue alcalde de Buenos Aires entre 2007 y 2015.

Asume el poder con varios retos por delante: una inflación de al menos 27% anual, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, un déficit fiscal superior al 7% del producto interno bruto y el litigio en Nueva York con los llamados «fondos buitres», inversionistas que han demandado al país por títulos impagos de su deuda.

«Los desafíos que tenemos por delante son enormes y los problemas no los vamos a resolver de un día para otro. Necesito que nos marquen nuestros errores, sabemos que no somos infalibles», dijo Macri ante el aplauso de los legisladores y mandatarios y dignatarios extranjeros presentes en el Congreso.

El mandatario también aseguró que no se va a olvidar de los más desfavorecidos. «Vamos a cuidar a todos, el Estado va a estar donde sea necesario», señaló el dirigente conservador.

También dijo que será «implacable» con los corruptos, que no permitirá que haya «jueces militantes» que protejan a los políticos ni que se avasallen las instituciones.

Antes del inicio de la ceremonia de jura, centenares de personas se reunieron en los alrededores del Congreso.

Lilia Mitre, una jubilada de 63 años, dijo a The Associated Press que espera de este nuevo gobierno «un cambio muy profundo». «Ya estamos hartos de la corrupción, la inseguridad. ¿Y además sabe qué necesitamos? Democracia», afirmó la mujer.

Tras su primer discurso Macri se dirigió en un automóvil a la Casa Rosada, la sede de gobierno, donde recibirá los atributos de mando: el bastón y la banda presidenciales. El mandatario salió del coche en más de una ocasión para saludar a los que lo ovacionaban a su paso.

Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983, un mandatario saliente no entregará los atributos de mando a su sucesor.

Fernández rechazó la propuesta de Macri de ser investido en la sede del gobierno, como se ha hecho -salvo excepciones- desde 1868, y no en el Congreso, como era el deseo de la presidenta saliente.

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