SAN BERNARDINO, California
AP

Un hombre y una mujer fuertemente armados y vestidos con ropa de combate abrieron fuego durante una fiesta de fin de año del trabajo, dejando 14 muertos y una decena de heridos graves en un asalto realizado con precisión militar, dijeron las autoridades. Horas después, ambos fueron abatidos en un enfrentamiento con la policía.

Las autoridades intentaban determinar un motivo para la balacera, que podría suponer un caso de terrorismo o de violencia en el entorno laboral.

La balacera se produjo ayer en un centro de servicios sociales para discapacitados, donde los colegas del sospechoso en el Departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino habían arrendado un espacio para la celebración. Fue la mayor matanza en el país desde el ataque hace tres años a una escuela primaria en Newtown, Connecticut, en el que murieron 26 niños y adultos.

El jefe de policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, identificó a los sospechosos como Syed Rizwan Farook, de 28 años, y Tashfeen Malik, de 27 años y que era su esposa o prometida. Farook nació en Estados Unidos, indicó el jefe de policía, señalando que desconocía el origen de Malik.

Los atacantes irrumpieron en el Inland Regional Center, unos 90 kilómetros (60 millas) al este de Los Ángeles, en torno a las 11 de la mañana y dispararon sobre una zona de conferencias donde el personal del departamento regional de salud celebraba un banquete para los empleados, expresó Marybeth Feild, presidenta y directora ejecutiva del centro sin ánimo de lucro.

«Llegaron preparados para lo que hicieron, como si realizaran una misión», dijo Burguan.

Farook asistió al acto antes de marcharse, y regresar para matar.

Su compañero de trabajo Patrick Baccari agregó que estaba sentado en la misma mesa que el sospechoso, pero que de pronto su colega se marchó, dejando su abrigo en una silla. Baccari dijo que cuando comenzó el tiroteo estaba en el baño, y sufrió heridas leves de la metralla que atravesó la pared.

Baccari afirmó que Farook era una persona reservada que no mostraba indicios de comportamiento inusual. Este año viajó a Arabia Saudita y regresó con una esposa, y más tarde se dejó barba, señaló.

El FBI investigaba varios posibles motivos para el crimen, como la violencia en entorno laboral y el terrorismo, señaló David Bowdich, director adjunto de la oficina de la agencia en Los Ángeles, sin dar más detalles.

Farook era inspector de restaurantes para el Departamento de Salud, según registros públicos. Trabajaba para el condado desde hacía cinco años, dijo el jefe de policía Burguan.

La pareja había dejado a su hija de seis meses con parientes ayer por la mañana, diciendo que tenían una cita médica, dijo tras hablar con la familia Hussam Ayloush, director ejecutivo del Council on American-Islamic Relations.

Farhan Khan, que está casado con la hermana de Farook, informó a la prensa que había hablado por última vez con su cuñado aproximadamente una semana antes. Dijo estar conmocionado, condenó la violencia y afirmó que no tenía «absolutamente ni idea de por qué haría esto».

Unas cuatro horas después de la masacre, la policía que buscaba a los responsables acribilló a balazos una camioneta negra en un tiroteo a dos millas del centro de servicios sociales en esta ciudad del sur de California, donde viven 214 mil personas. Se encontró a Farook y Malik con rifles de asalto y pistolas semiautomáticas, y ambos vestían «ropa de estilo de asalto» que portaba munición, según las autoridades.

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