Alepo
Agencia dpa
La situación humanitaria empeoró de una manera muy grave en varias zonas del país, principalmente el norte, donde miles de personas fueron desplazadas por los combates, según informaron activistas y varias ONG a dpa poco antes de la cumbre que se celebrará mañana en Viena.
En los barrios de Alepo controlados por el bando rebelde sirio, apenas hay agua o electricidad desde hace varias semanas.
Los desplazamientos internos son el resultado de las diferentes ofensivas contra los rebeldes que el ejército de Bashar al Assad llevó a cabo desde octubre con ayuda de las fuerzas aéreas rusas.
Al norte de Hama huyeron unas 70 mil personas, según Tamer Hassan, de la fundación SAMS (Sociedad Médica Americana para Siria), cercana a la oposición siria.
Al sur de Alepo también hay un gran número de personas que huyeron de los combates. Mientras que ACNUR, la agencia de refugiados de la ONU, habla de miles de desplazados, los activistas creen que la cifra asciende a varias decenas de miles. La situación allí es «catastrófica», afirmó un activista del Aleppo Media Council.
Abu al Iss, un médico del SAMS que hace poco visitó la zona explicó que las personas están viviendo en tiendas de campaña al aire libre y describió la situación como «miserable».
«Si no hacemos algo inmediatamente, la situación tornará en catastrófica», advirtió Al Iss. También acusó a las fuerzas aéreas rusas de bombardear hospitales de manera sistemática, y puso como ejemplo la clínica Al-Hadir, que las fuerzas del régimen consiguieron tomar el jueves.
El comienzo del invierno tiene muy preocupadas a las organizaciones de ayuda. La permanente expulsión de personas las obligó a trasladarse cada vez a zonas más altas, afirmó Karl Schembri, del Consejo Noruego para los Refugiados. «Allí están expuestos al frío invierno. La lluvia, el viento y muy pronto también la nieve amenazan gravemente sus vidas».
En las zonas rebeldes de Alepo, las personas viven sin electricidad ni agua. Dada la intensidad y continuidad de los ataques, las instalaciones dañadas no pudieron ser reparadas, explica un cooperante. «Las personas sacan agua de las fuentes», contó, pero se trata de sucia y que no es potable.