La Valeta
AP y dpa
Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países de la Unión Europa acordaron hoy en Malta destinar 1.800 millones de euros para combatir las causas por las que miles de africanos huyen de sus países hacia Europa.
El dinero también se destinará a la lucha contra los grupos de traficantes de personas.
Los puntos centrales de la acción son la zona del Sahel, la región del lago de Chad y el Cuerno de África, así como el norte del continente. Desde esos países muchos inmigrantes parten hacia Europa.
El fondo fiduciario de emergencia «para abordar las causas profundas de la migración irregular y del desplazamiento de personas en África», según se señala en un comunicado de la UE, estará dotado con 1.800 millones de euros que saldrán del presupuesto europeo.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, expresó su confianza en que los países del bloque igualen esa suma, es decir, contribuyan con otros 1.800 millones al fondo. Hasta la fecha sin embargo, las aportaciones recibidas de los 25 países miembros (y dos que no forman parte: Noruega y Suiza) suman 78,2 millones de euros.
La UE y sus países miembros gastan anualmente unos 20 millones de euros para África. «Tenemos que apoyar a África, pues tienen un problema mayor al nuestro», dijo hoy el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
UE seguirán deliberando entre ellos sobre el tema de los inmigrantes que afecta al continente europeo.
Por su parte, el primer ministro de Malta, que hace de anfitrión, dijo que celebraría conversaciones con Argelia la semana próxima.
El presidente senegalés Macky Sall, cabeza del grupo de naciones africanas ECOWAS, dijo que 1.800 millones de euros no bastan y pidió «completa flexibilidad» en el uso de esos fondos.
Los expertos de migración han sido críticos de los acuerdos bilaterales, al decir que los países relativamente pobres de África son incapaces de resistir la ayuda y es probable que devolver a personas a estos países sin la infraestructura adecuada provoque abusos de derechos humanos.
Pero los europeos están desesperados por frenar la ola de llegadas. La UE estima que hasta 3 millones de personas más podrían llegar a Europa en busca de refugio o empleo para 2017.
El primer ministro húngaro Viktor Orban, quien ordenó que se construyera una cerca en sus fronteras con Serbia y Croacia, calificó a la migración de un fenómeno «pierde-pierde».
«La solución es que la gente tenga una vida decente en el país en donde nacieron. Es imposible hacerlo sin dinero», le dijo a la prensa en la cumbre de Malta.