Roma
Agencia dpa

El flujo masivo de refugiados y migrantes económicos de Oriente Próximo y África supone un desafío con el que Europa tendrá que lidiar durante muchos años en el futuro, advirtió el ministro del Exterior italiano, Paolo Gentiloni, en una entrevista con «dpa».

«Quienes hablan hoy de soluciones fáciles podrán tener éxito propagandístico a corto plazo, pero creo que los ciudadanos son lo suficientemente adultos y maduros como para entender que esto será un fenómeno que durará una generación», advirtió el político de 60 años.

«Es una ilusión creer que puede desaparecer. El fenómeno migratorio existe y Europa tendrá que afrontarlo unida. La única vía alternativa es una solución de ‘mendigar al vecino’, en la que los países intentan cargar el problema a sus vecinos», dijo Gentiloni.

La crisis migratoria ha creado profundas brechas dentro de la Unión Europea (UE) en los últimos meses y sus miembros están enfrentados sobre el alcance de la acogida de los migrantes y su redistribución en el bloque.

La UE acordó finalmente un plan de reparto en septiembre que contemplaba la reubicación de 160 mil refugiados de Italia y Grecia a otros países del bloque, así como políticas de repatriación más duras contra los migrantes económicos.

Gentiloni reconoció la lentitud con la que se están aplicando esos planes, ya que hasta ahora menos de 100 refugiados han sido trasladados de Italia hasta el momento y ninguno de Grecia y dijo que en el futuro se necesitarán medidas más audaces.

El jefe de la diplomacia italiana considera que al menos que se levanten gradualmente las normas que limitan los movimientos de los migrantes a través de la UE -conocidas como regulaciones de Dublín- la libre circulación sin pasaporte dentro del espacio Schengen no puede tener un futuro a largo plazo.

«Respetamos las normas. Pero cuanto más tiempo esperemos para ir más allá de Dublín, más riesgo corremos de que fracase Schengen», señaló.

De cara a la cumbre UE-África sobre migración que se celebrará en Malta los próximos 10 y 11 de noviembre, Gentiloni dijo que los europeos «pondrán sobre la mesa más de 2 mil millones» de euros (unos 2 mil 200 millones de dólares) en ayudas destinadas a combatir la pobreza y otras causas de raíz de la migración.

«Por supuesto que va a llevar mucho tiempo», dijo Gentiloni, recordando que a Italia le costó entre diez y 15 años frenar el flujo de migrantes desde los Balcanes occidentales. «La conferencia de Malta es un peldaño en un proceso que durará años».

Gentiloni respaldó también los esfuerzos de la UE en ayudar a Turquía para afrontar la crisis migratoria y apoyó la idea de que Ankara obtenga como contrapartida concesiones de visado y avances en las conversaciones de adhesión a la UE.

Pero al mismo tiempo advirtió contra la idea de que Ankara pueda «cerrar y abrir el grifo migratorio» siguiendo las órdenes de la UE.

Grecia se ha visto inundada por la llegada de migrantes desde Turquía debido a factores que sobrepasan el control de Ankara, como el empeoramiento de la situación en Siria o los recortes de financiación de las organizaciones humanitarias que gestionan los campamentos de refugiados sirios en Jordania y Líbano.

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