WASHINGTON
AP
El presidente Barack Obama vetó ayer la rápidamente aprobada ley de presupuesto de Defensa de 612 mil millones de dólares, e insistió en que los legisladores le envíen una mejor versión que no ate sus manos en algunas de sus principales prioridades.
En una inusual ceremonia en la Oficina Oval de la Casa Blanca, Obama elogió la ley por garantizar que las fuerzas armadas sigan teniendo financiamiento y por hacer mejoras respecto a la jubilación de militares y la seguridad cibernética. No obstante, con mordacidad acusó a los republicanos de recurrir a «artilugios» y prohibir otros cambios necesarios para hacer frente a modernas amenazas de seguridad.
«Desafortunadamente, ésta se queda corta», dijo Obama. «La voy a regresar al Congreso, y mi mensaje para ellos es muy sencillo: Hagamos esto correctamente».
Sin ningún talante para negociar, los republicanos prometieron reunir los votos necesarios para anular su veto.
El inusual veto presidencial es el episodio más reciente en la contienda entre Obama y los republicanos que controlan el Congreso sobre si se debe incrementar el gasto federal, y cómo.
Cuatro años después de que el Congreso aprobó y Obama promulgó leyes con límites de gasto en todos los ámbitos de gobierno, ambos partidos están empeñados en romper los límites al gasto en defensa. Pero Obama ha insistido en que al mismo tiempo se aumente el gasto en programas internos, estableciendo un enfrentamiento presupuestal con los republicanos que no muestra signos de pronta resolución.
Para sortear los límites presupuestales, conocido en Washington como embargo, los legisladores agregaron 38 mil 300 millones de dólares a una partida separada para operaciones en tiempo de guerra que es inmune a los límites de gasto. La Casa Blanca ha desechado ese enfoque, argumentando que no atiende el problema más amplio ni proporciona al Pentágono certidumbre presupuestal a largo plazo.