Washington
Agencia dpa

Estados Unidos extenderá su presencia militar en Afganistán más allá de 2016, según anunció hoy el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en lo que supone un cambio de su política.

Obama tomó la decisión de mantener a 9 mil 800 efectivos en el país durante gran parte del próximo año y a unos 5 mil 500 tras 2016, debido a que la seguridad en el país «sigue siendo muy frágil y en algunos lugares existe el riesgo de deterioro».

Además subrayó que se centrará en la formación de los militares afganos y en la lucha contra el terrorismo. Es una «extensión modesta pero significativa», dijo.

«No apoyo la idea de una guerra interminable», dijo. Pero ahora, «dado lo que está en juego en Afganistán… estoy firmemente convencido de que deberíamos hacer un esfuerzo extra».

La noticia ya había sido adelantada por «The New York Times» y otros medios estadounidenses.

La decisión viene precedida de meses de conversaciones y análisis con los interlocutores afganos, confirmó la Casa Blanca.

Los 5.500 soldados permanecerán en pequeñas bases de apoyo como Bagram, Jalalabad y Kandahar.

La decisión se puede entender como el reconocimiento de Afganistán de que no puede asumir el control de su seguridad, a diferencia de lo que tenía previsto.

Además, Obama se despide así de su objetivo de hacer volver a casa a la mayor cantidad posible de soldados.

La emisora NBC informó que los nuevos planes costarán a las arcas estadounidenses unos 14.600 millones de dólares.

El cambio de planes se produce tras los recientes combates para recuperar el control de la ciudad de Kunduz, en el norte de Afganistán. La ciudad cayó en manos de los talibanes en una ofensiva relámpago de un día y fue recuperada por el Ejército afgano con el apoyo de las tropas estadounidenses.

A raíz de ello, los militares aconsejaron urgentemente a Obama que repensara la retirada de tropas.

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