ANKARA, Turquía
AP

Autoridades turcas prohibieron hoy un acto de protesta y una manifestación convocados por el mismo sindicato y grupos de la sociedad civil que perdieron a simpatizantes y compañeros en el doble atentado suicida del pasado sábado, el más sangriento de los últimos años en el país.

El ataque se produjo en medio de la incertidumbre política que envuelve al país — y solo a unas semanas de las elecciones generales del 1 de noviembre que son en realidad una repetición de los comicios del pasado junio, que no arrojaron un resultado concluyente. El atentado elevó el temor a que el país, miembro de la OTAN y candidato a entrar en la Unión Europea, pueda verse arrastrado hacia un periodo de inestabilidad.

El incidente dividió aún más a la población de una nación que acoge a más de dos millones de refugiados sirios e intenta no caer en la espiral de caos de los vecinos Siria e Irak.

La agencia de noticias Dogan difundió el martes imágenes de video que muestran a policías empujando a un grupo de manifestantes para evitar que lleguen al lugar donde se celebraba una manifestación para recordar a las 97 víctimas del doble atentado.

Policías vestidos de civil arrojaron a al menos dos manifestantes al suelo y los detuvieron.

«¡Nuestros hermanos fueron asesinados! ¿Qué están haciendo?», gritó una mujer que participaba en la marcha.

El gobernador de Estambul prohibió el acto alegando que era un momento «sensible» y que el trayecto previsto por los organizadores atravesaba un lugar muy transitado.

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