Por Dorothea Hülsmeier
Düsseldorf, Alemania, Agencia dpa

Autorretratos, webcams, avatares y videos en Internet: nunca antes los simples mortales tuvieron tantas posibilidades de presentarse al mundo. Una exposición en Düsseldorf muestra ahora cómo la identidad digital afronta las cuestiones fundamentales de la humanidad.

_Inter12_1bMillones de «selfies» recorren la red, la identidad digital se ha convertido en algo más importante que la persona real. «Me fotografío, luego existo», podría ser el lema del siglo XXI.

Alain Bieber, el nuevo director del conocido NRW-Forum, famoso por sus valiosas exposiciones fotográficas, se acerca en su muestra debut «EGO update: el futuro de la identidad digital» al popular fenómeno de masas conocido como el «selfie».

El Director de 36 años acudió a la presentación de la exposición con una sudadera rosa llena de fotos suyas, en un simpático guiño hacia la muestra.

Bieber aunó para su exposición a 23 artistas internacionales, algunos de gran éxito como el fotógrafo británico de Magnum Martin Parr, otros conocidos sólo en la comunidad cibernética.

La muestra presenta una crítica de la sociedad a través del mundo de los «selfies», webcams y avatares. «Son paparazzi de la vida privada», afirma sobre el boom de las autofotos en todo el mundo. «Nunca antes se había sacado lo más íntimo al exterior».

Y es que estar en las redes sociales y crear contenidos se ha convertido en una especie de presión social, indicó. Los «selfies» son ahora un «tipo de prueba» de la existencia de uno mismo, reflexiona.

La necesidad de representarse a uno mismo o quizá también el aburrimiento ha hecho que no sólo Internet se haya llenado de retratos, sino también de millones de «selfies de pies».

Pero los autorretratos no se limitan sólo al mundo digital, sino también al analógico. Famosos como el actor francés Gerard Depardieu, el diseñador alemán Karl Lagerfeld o el entrenador de la selección alemana de futbol, Joachim Löw, se han autofotografiado desde 2010 con una cámara de usar y tirar a petición del fotógrafo Jonas Unger.

También se pueden ver los famosos «selfies» de monos del fotógrafo británico de animales David Slater, cuyos derechos de autor aún no están claros. El primate le arrebató la cámara a Slater y se autofotografió. Lo que desencadena la siguiente pregunta: ¿Tiene el hombre quizá un prehistórico gen para el «selfie»?

El mundo ideal digital puede suponer también un lugar donde huir de la triste realidad. El fotógrafo alemán Oliver Sieber retrató cosplayer en Japón -personas que llevan disfraces de fantasía de figuras de manga o de películas de animación- y los contrapuso con fotos de sus tristes bloques de viviendas en los que viven.

También las fotos del artista británico Robby Cooper distancian -con frecuencia de forma drástica- la realidad del mundo virtual presentando los retratos de jugadores de ordenador con sus heroicos avatares.

Queda claro que el «selfie» se ha convertido con el tiempo en un género visual propio que ha cambiado la fotografía como medio y forma de arte.

El rapero MC FITTI se perpetuó a sí mismo como «#Selfiegott» (dios del «selfie») en un busto de bronce y lo colocó en un colorido templo. En la mano extendida de bronce se puede colocar el smartphone y hacerse un «selfie» con el «dios del selfie». «El visitante puede fotografiarse expresamente aquí», explicó Bieber. «Naturalmente habrá también un libro de visitas digital», agregó.

Pero Bieber también presenta el lado oscuro del mundo digital a través de cientos de fotos de personas consideradas «el proletariado digital» colgadas en la pared todas juntas.

«Los trabajadores de un euro de la red son los encargados de hacer pequeñas tareas digitales que los ordenadores aún no pueden realizar ellos mismos», explicó. El hacker italiano y artista de la red Guido Segni inmortalizó a estas personas de forma anónima sacando el dedo corazón a la cámara.

Con un equipo de tres personas y un presupuesto de 100.000 euros Bieber dio vida a una exposición que no sólo será interesante para la conocida como «Head-down generation» (algo así como cabeza hacia abajo o cabeza agachada), sino también para otras generaciones.

Bieber adelantó que acompañará próximamente a una mujer de 83 años y sus amigas a través de la exposición. «También me parecería fantástico si los hijos consiguen llevar al museo a sus padres», agregó.

La exposición podrá visitarse desde el 19 de septiembre hasta el 17 de enero.

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