BERLÍN
AP

Los posibles beneficios derivados de la llegada de migrantes supera con creces cualquier peligro, afirmó hoy la canciller alemana, Angela Merkel.

«Las oportunidades son mucho mayores que los riesgos, sólo tenemos que aprovecharlas y utilizarlas», dijo Merkel a los legisladores alemanes.

La canciller hizo esas declaraciones unas horas después de que los jefes de gobierno de la Unión Europea en Bruselas acordaran varias medidas para abordar la crisis migrante, en la que cientos de miles de personas llegan al continente desde África, Oriente Medio y Asia.

El bloque todavía tiene que acordar un «sistema permanente para una distribución justa de refugiados en todos los estados miembros», indicó Merkel.

Los líderes de la Unión Europea lograron ponerse de acuerdo hoy de madrugada para reforzar los controles de frontera y gestionar las llegadas y enviar mil millones de euros (1 mil 100 millones de dólares) a agencias internacionales que ayudan a los refugiados en campamentos cerca de sus países de origen.

Además, los líderes dijeron que para noviembre debe haber equipos de expertos europeos plenamente operativos para registrar y clasificar a los migrantes en los llamados puntos calientes de Grecia e Italia y quizá también en Bulgaria.

«Las medidas que acordamos hoy no pondrán fin a la crisis. Pero son todos pasos necesarios en la dirección correcta», afirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al concluir la reunión de más de siete horas.

Tras la reunión, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien ordenó levantar una valla a lo largo de la frontera serbia para impedir el paso de los migrantes a si país, dijo que estaría dispuesto a considerar abrirles el paso para que lleguen a su destino final.

Orban citó al canciller austríaco, Werner Faymann, quien «dijo claramente que si solo los podemos detener con la valla, entonces mejor deberíamos dejarlos pasar. Esto debería tenerse en cuenta».

La llegada de miles de personas a los Balcanes ha incrementado las tensiones entre Serbia y Croacia. Serbia impuso el jueves un veto a las importaciones croatas en protesta por el cierre de la frontera al tráfico de mercancías, que les impide llegar a sus principales socios comerciales en el continente.

Croacia cerró todos sus pasos fronterizos con Serbia menos uno para bloquear la llegada de migrantes, unos 45 mil en una semana. Zagreb está molesta porque Serbia traslada a los migrantes en autocar hasta su frontera, en lugar de trasladarlos al norte hacia Hungría.

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