JERSEY CITY, New Jersey, EE. UU.
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Hussam Al Roustom y su esposa no avisaron a nadie que ellos y sus dos hijos abandonarían Siria por temor a que sus planes se vinieran abajo. En sus planes nunca estuvo dejar su país natal. Al Roustom tenía un supermercado y era dueño de su casa en el occidente de Siria, pero la violencia de la guerra civil que asola el país desde 2011 hizo la vida allí insoportable, en especial para su hijo Wesam, quien sufre de autismo y está tan traumado por la violencia que ya dejó de hablar por completo.

«Cuando salieron de su casa, sólo había ruidos de la guerra», dijo Al Roustom a través de un intérprete. «Cuando ellos dormían, escuchaban el ruido de las balas».

En estos días, lo que Al Roustom y su esposa Suha escuchan es el sonido de vehículos pasando y las conversaciones entre las personas en la calle, mientras ellos y sus dos hijos se instalaron en un pequeño apartamento en Jersey City, New Jersey. Llevan en el país unos tres meses y forman parte de los mil 500 sirios que hasta el momento han sido reubicados en Estados Unidos de los 4 millones que se estima dejaron su país.

Wesem, de 7 años, ya dice «algunas palabras», comenta su padre. Él y Maaesa, su hermana de 3 años, han ido al parque, la piscina y la playa, e incluso Wesem aprendió a nadar. Al Roustom acaba de entrar a trabajar en una empresa de mudanzas, empleo que encontró con apoyo de Church World Service, una organización que está ayudando a la familia a instalarse.

«En Siria perdimos mucho de nuestra dignidad», señala el padre. «Estoy seguro de que aquí la situación será mucho mejor».

Esperan que otros parientes puedan seguir su ejemplo. El gobierno del presidente Barack Obama anunció la semana pasada que en el próximo ejercicio fiscal el país aceptará a 10 mil sirios. Ayer, el secretario de Estado John Kerry anunció que Estados Unidos aceptará 85 mil refugiados de todo el mundo el año entrante y otros 100 mil en 2017.

Tres hermanos y una hermana de Al Roustom están en Jordania y su esposa tiene una hermana en Líbano. Todos están registrados en la ACNUR, la agencia de refugiados de la ONU.

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