Budapest
Agencia dpa

La ruta de los refugiados que intentan llegar a Europa occidental cambió hoy hacia Croacia, que anunció que les dejará pasar, tras el cierre de las fronteras de Hungría.

«Pueden pasar y nos preparamos para esa posibilidad», dijo el primer ministro croata, Zoran Milanovic. «Sobre todo tendremos en mente los intereses y la seguridad de Croacia, pero no olvidaremos que somos humanos y cristianos por encima de todo», agregó.

«Estamos preparados a canalizar a esas personas (…) sin importar su color o su fe. Esas personas están aquí, son mujeres, niños y hombres que quieren vivir y crear, pero no quieren estar en Croacia», apuntó.

El país de los Balcanaes se comprometió en los últimos días a acoger a mil 064 refugiados en el marco del plan de reparto de refugiados que negocia actualmente la Unión Europea (UE).

El político opositor croata Tomislav Karamarko, del partido Unión Democrática croata, criticó al gobierno de Milanovik por lo que consideró una lenta respuesta. «Hemos advertido (…) de que deberían finalizarse los planes (…) En el momento en que los húngaros empezaron a construir la valla quedó claro que era un desvío hacia Croacia», dijo el declaraciones a la televisión estatal HRT.

Según Milanovic, unos 150 refugiados llegaron hoy a Croacia y «un pequeño número» podría ser trasladado a través del país. La policía explicó después que interceptó a uno 200 refugiados hasta el mediodía en la zona fronteriza de Tovarnik. Tras ser registrados, fueron trasladados a Kutina y Sisak, a más de 200 kilómetros al oeste, hacia Zagreb. La mayor parte de los llegados proceden de Siria, Irán y Afganistán y llegaron en autobús o taxis a la ciudad fronteriza serbia de Sid.

A lo largo del día se espera que lleguen unas 500 personas a Croacia, país miembro de la Unión Europea (UE). Según el ministro de Interior, Ranko Ostojic, unos 6 mil policías fueron destacados en la frontera.

Gran parte de los 320 kilómetros de frontera entre Croacia y Serbia está enmarcada por el Danubio y el resto son llanuras. Croacia también podría verse expuesta a las olas de refugiados desde Bosnia y Herzegovina, con la que comparte mil 020 kilómetros de frontera.

Partes de la frontera croata con ambos países están repletas de minas antipersona de los conflictos de los Balcanes de los años 90. Por el momento no está claro si los refugiados están el peligro, aunque la ubicación de las minas está señalada en mapas disponibles en Internet y por los que ya preguntaron los refugiados.

La ruta que atraviesa Serbia y Croacia está considerada como una vía alternativa para los que intentan llegar a Austria y Alemania, después de que el martes Hungría cerrase su frontera con Serbia y anunciase que también construirá una valla con Rumanía.

La pasada noche apenas llegaron nuevos refugiados a Hungría ni a Austria, que también introdujo nuevos controles en su frontera.

La policía húngara contabilizó únicamente la entrada ilegal de 366 personas, informó hoy en su página web, un número muy inferior a los 9 mil 380 que arribaron el lunes, antes del cierre de la frontera.

En la madrugada del martes entró en vigor en Hungría una nueva ley que considera delito el cruce ilegal de la frontera que puede penarse con la cárcel o la expulsión. En base a esa nueva normativa la policía inició investigaciones contra 35 refugiados en la ciudad fronteriza de Szeged. Ahora se está investigando si los refugiados también dañaron la valla al cruzarla, informó una portavoz policial. Si así fuera podrían ser condenados a entre tres y cinco años.

Según las autoridades de inmigración húngaras, el martes se registraron 94 solicitudes de asilo en las nuevas «zonas de tránsito», casi todas en Röszke. Entre los solicitantes de asilo hay 13 familias con niños pequeños y dos personas mayores.

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