Por Uri Stilman
Nueva York, Agencia dpa
El Abierto de tenis de Estados Unidos viene a confirmar una tendencia de escasos resultados para los latinoamericanos en Grand Slams, donde muy atrás quedaron las épocas de brillo que establecieron campeones como Gustavo Kuerten, Gastón Gaudio o finalistas como David Nalbandian, Guillermo Coria, Mariano Puerta y Fernando González.
«Yo alcancé a jugar con las dos generaciones. Pude ganarle a David (Nalbandian), Zabaleta, Chela, Gaudio y con ellos coincidí en mis primeros años. Yo creo que está clarísimo que el tenis está cambiando mucho», comentó el colombiano Santiago Giraldo, que se marchó en primera rueda del US Open, donde no pudo ganar partidos en seis participaciones.
«Cada vez las pistas y las raquetas son más rápidas y yo creo que a los latinos, lamentablemente, en los próximos diez años les va a seguir costando mucho, porque no somos tan altos, no jugamos tan fuerte», analizó Giraldo, que llegó al 28 del ranking el año pasado, pero que en su carrera acumula un récord de 11 victorias y 27 derrotas en los cuatro grandes.
Colombia es el único país que ha mejorado en calidad y cantidad de tenistas en el circuito, con Giraldo, Alejando Falla, Sebastián Cabal y Robert Farah o Mariana Duque Mariño, que está en la tercera rueda del US Open.
Actualmente la región tiene diez jugadores dentro del «top 100» del ranking ATP y tres jugadoras entre las mejores 100 del circuito WTA, pero el protagonismo no es el de las generaciones anteriores. El argentino Juan Martín del Potro es el último campeón latinoamericano en un Grand Slam, en el US Open de 2009, pero los problemas en la muñeca lo tienen alejado del circuito.
En este Abierto de Estados Unidos, el brasileño Thomaz Bellucci es el único hombre en actividad en la tercera rueda. «Ha cambiado un poco el escenario del tenis en Sudamérica, principalmente en Argentina que siempre tuvo grandes jugadores. Hoy en día tiene buenos jugadores, pero no tienen ese nivel para llegar a ganar Grand Slams. Es una pena ser el único jugador en la tercera ronda, pero estoy contento porque estoy jugando bien», mencionó Bellucci, que se enfrentará al británico Andy Murray en la próxima rueda.
Argentina, potencia en la región, contó con apenas cuatro tenistas en el cuadro principal del US Open, la cantidad más baja desde 1997. Tampoco tuvo preclasificados, algo que no sucedía desde 1999.
«Son etapas. La pasada fue muy buena, pero creo que nos mal acostumbramos, obviamente después de eso es muy difícil mantenerlo. Todos quisiéramos que siga con 10 o 15 latinos entre los 10, pero no se está dando», lamentó Federico Delbonis que fue eliminado en primera rueda del Abierto de Estados Unidos, torneo en que en 2014 ganó uno de sus dos partidos en Grand Slam.
«Es una problemática que tenemos, porque jugadores que antes los veías en los torneos decidieron por equis motivo irse a jugar en una universidad. Otros no están capacitados para el esfuerzo que conlleva estar en el circuito, nosotros venimos de países donde todo es esfuerzo, desde que te levantás hasta que te acostás», señaló el argentino Delbonis, que a los 15 dejó a su familia y amigos para entrenarse en Barcelona por tres años.
Países como Chile, Ecuador y Perú extrañan los años de Fernando González, Nicolás Massú, Nicolás Lapentti o Luis Horna. Actualmente no tienen jugadores entre los mejores 200 del ranking.
«Yo creo que en mi generación los jugadores latinoamericanos eran un poco más aguerridos, veo que hay calidad, pero estás hablando de un nivel que es para estar jugando Grand Slams, pero no para estar compitiendo en un Grand Slam», explicó el venezolano Nicolás Pereira, que llegó al 72 del ranking en 1996 y actualmente trabaja para la cadena ESPN.
«¿Por qué pasa esto? Me lo preguntan todo el tiempo. Yo me enfoco en esos cinco o seis años que toman desde que los jugadores salen de juvenil, que algo de ayuda hay, hasta que el jugador o la jugadora tiene la madurez física para ganarse la vida en el circuito. Porque ya sabemos que la edad promedio de los 100 primeros subió a 28 años y medio, entonces ese periodo que hay que aguantar es de 300 a 500 mil dólares y nadie los tiene. Es un costo no es sólo monetario, sino emocional muy grande», argumentó Pereira.
Delbonis coincide. «Siempre fue caro para los argentinos, siempre tuvimos complicaciones económicas, siempre nos tuvimos que apoyar en gente externa, son muy pocos los casos que tuvieron su propio apoyo o de una federación. Es también juega un papel importante, porque tenés una presión extra que muchas veces hay que saberla sobrellevar», dijo.
Para la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza es «una mezcla de todo». «En muchos países de Sudamérica el tenis no es el deporte principal desde hace mucho tiempo. Es un deporte también que es muy caro. Hay muchos países en Sudamérica es complicado, porque tampoco hay muchos torneos. Está todo muy involucrado y eso marca la diferencia para que salgan niñas o jugadores», opinó la finalista del último Wimbledon, que se formó en España y representa ahora el país europeo.