JOSO, Japón
AP

Las casas se inclinaban hacia delante, medio arrancadas de sus cimientos. Las más golpeadas habían desaparecido, y su tejado azul aún intacto se había quedado sobre el lodo lleno de escombros. Las aguas de las crecidas se retiraron un poco, pero gran parte de la ciudad japonesa de Joso permanecía inundada por un mar de agua marrón.

Cuando salió el sol el viernes, los impactados vecinos y autoridades comenzaron a evaluar los daños provocados el día anterior cuando un río crecido por las lluvias rebasó su orilla este y descargó agua tan rápido que mucha gente no pudo hacer más que subir al piso de arriba o a su tejado para escapar.

«Nosotros sobrevivimos, pero parece que algunos de nuestros cultivos de soja y arroz no», dijo Keiko Iita, de 70 años y que pasó la noche con su esposo y su hijo en el segundo piso de su vivienda.

Con guantes y el rostro cubierto por una toalla, la mujer ayudaba a limpiar el granero lleno de barro de un vecino. Los campesinos limpiaban sus campos y evaluaban los daños sufridos por sus cultivos de soja y otras especies.

Dos días de lluvia torrencial provocaron inundaciones y deslaves en buena parte de Japón esta semana. Al menos una persona murió, una mujer de unos 60 años localizada después de que un corrimiento de tierras golpeara a las casas situadas bajo una escarpada colina en Kanuma, en la prefectura de Tochigi.

Unos 300 kilómetros (190 millas) al norte de Joso, otro río se desbordó en la ciudad de Osaki el viernes por la mañana, barrió casas y campos y dejó al menos 60 personas aisladas, según medios.

Pero el lugar más golpeado parecía ser Joso, situado 50 kilómetros (30 millas) al nordeste de Tokio. La rápida subida de las aguas en esta ciudad de 60.000 personas llevó a una serie de espectaculares rescates con helicóptero el jueves.

Policía y trabajadores de emergencias recorrían la ciudad al día siguiente para buscar a los desaparecidos, mientras los helicópteros y barcos recogían a más personas atrapadas. Más de 280 personas fueron evacuadas por aire desde el inicio de las graves inundaciones.

Las autoridades locales contaban a 22 desaparecidos con los que se había perdido el contacto tras peticiones de rescate. Otras tres personas resultaron heridas, una de gravedad. En escuelas, centros comunitarios y otros edificios convertidos en centros de evacuación se refugiaban más de 3.500 personas.

En total, 27 personas sufrieron lesiones por las tormentas en Japón, incluidas tres ancianas heridas de gravedad cuando se vieron derribadas por fuertes vientos, indicó la Agencia de Gestión de Incendios y Desastres.

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