Por RACHEL ZOLL, DAVID CRARY
NUEVA YORK Agencia AP

Cuando el Papa Francisco aterrice en la Base Andrews de la Fuerza Aérea, cerca de Washington, el 22 de septiembre, será la primera vez que visite Estados Unidos como el máximo jerarca de la Iglesia Católica. También será la primera vez que toque suelo estadounidense.

El excardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, nunca siguió los pasos de otros prelados que viajaban a Estados Unidos con el fin de darse a conocer, conseguir dinero para sus obras y misiones de caridad, o cabildear en la poderosa, influyente y acaudalada iglesia estadounidense.

Esta ausencia en su historial puede explicarse, en parte, por la personalidad de Francisco. Era un individuo circunspecto que aborrecía alejarse de casa, y sentía una profunda obligación de estar cerca de los fieles de su arquidiócesis. También era conocido por su oposición al arribismo, y condenaba a los «obispos de aeropuerto» que pasaban más tiempo viajando para su propia promoción o esparcimiento que para servir a su grey.

Aun así, su falta de compenetración con Estados Unidos es de notar para muchos, en especial para aquellos que tratan de absorber su implacable crítica hacia los excesos del capitalismo global y se preguntan si este primer Papa latinoamericano siente rencor por las políticas estadounidenses hacia su región natal.

«Este viaje a Estados Unidos será el más difícil, el más desafiante y el más interesante, porque explorará un mundo que para él es más extraño que Asia, que las Filipinas», a donde Francisco viajó en enero, dijo Massimo Faggioli, un experto en historia eclesiástica de la Universidad de St. Thomas en Minnesota. «No es solo una barrera de lenguaje. Es una barrera cultural».

El obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, uno de los principales asesores de Francisco en el Vaticano, refuta la noción de que al Papa le disguste Estados Unidos. La visita del Papa no fue bien recibida en un país considerado la sede mundial del capitalismo.

Sánchez Sorondo insistía en que Francisco no es anticapitalista, y dijo que el Papa admira a Estados Unidos por los principios de los Padres Fundadores, quienes influyeron en el movimiento de independencia en su nativa Argentina.

Pero la postura de Francisco también está¡ moldeada por otra historia, que incluye la relación de Estados Unidos con dictadores latinoamericanos; el trato que da Estados Unidos a los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, y la estrategia política estadounidense hacia Cuba, dijo Sánchez Sorondo. Francisco ayuda recientemente a negociar una histórica distención en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos que ha llevado a la restauración de lazos diplomáticos entre los países.

«No creo que el Papa tenga nada contra Estados Unidos», dijo Sánchez Sorondo en entrevista en Roma. «Lo que el Papa quizá tenga es que él sintió las repercusiones de Estados Unidos en América Latina».

La situación es también completamente inédita para los católicos estadounidenses, acostumbrados a los predecesores inmediatos de Francisco: Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes vivieron la Segunda Guerra Mundial, cuando los estadounidenses eran considerados libertadores y benefactores generosos que reconstruyeron un continente destrozado por la guerra.

Cuando Juan Pablo II era el cardenal Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, Polonia, viajó por Estados Unidos, en especial hacia comunidades de polacos-estadounidenses, como Papa, encontró puntos en común con los estadounidenses, como la lucha contra el comunismo.

Por su parte, Benedicto XVI, antes cardenal Joseph Ratzinger, de Alemania, había sido el guardián de la doctrina de Juan Pablo II por más de dos décadas, y no solo visitó Estados Unidos, sino que se reunió con líderes eclesiásticos estadounidenses de manera regular en Roma. En 2008, en la única visita de Benedicto XVI a Estados Unidos como Pontífice, el presidente George W. Bush los recibió en la Casa Blanca, donde el Papa terminó su mensaje con la frase «Dios bendiga a Estados Unidos». Esa rúbrica fue tomada por muchos europeos y otros como una sorprendente aprobación a la idea de la excepcionalidad de Estados Unidos, dijo Faggioli.

«El Papa Francisco a sus raíces culturales, su formación es completamente diferente», dijo Faggioli.

Entre esas experiencias estuvo la crisis económica argentina de 2001, que provocó protestas, desempleo y una rápida sucesión de presidentes mientras el gobierno trataba de controlar sus enormes deudas. Bergoglio estuvo involucrado en tratar de ayudar a los argentinos y sus gobernantes a salir del embrollo, que muchos atribuyeron a las políticas de libre mercado promovidas por Estados Unidos.

Ese colapso podría haber fácilmente apremiado a Bergoglio a visitar Estados Unidos. Es común que los líderes extranjeros envíen un cardenal local como emisario informal para «asegurarse de que la gente de Washington, y los obispos estadounidenses, entiendan las repercusiones» de las políticas de Estados Unidos en el extranjero, dijo el reverendo Thomas Reese, un analista del periódico National Catholic Reporter y autor del libro «Inside the Vatican».

Pero ese papel habría sido impensable para Bergoglio. Tenía relaciones muy tensas con la clase gobernante de Argentina, y con frecuencia los desafiaba abiertamente en foros nacionales a abandonar el interés propio y hacer más por los desprotegidos y los indefensos.

«No es como si el pudiera reunirse con ellos y decir: ‘Muy bien, esta es nuestra estrategia, vayamos a Washington a cabildear estas cosas’. Con frecuencia no se hablaban», dijo Reese.

Sin embargo, la creencia de Francisco sobre lo que significaba ser un pastor era quizá el principal factor que lo mantenía lejos de Estados Unidos, dicen expertos.

Como todos los jesuitas, Bergoglio prometió no buscar subir de puesto en la Iglesia. Es el primer jesuita en los 481 años de historia de la orden religiosa que es elegido como Papa. Su nombramiento como obispo auxiliar de Buenos Aires fue una sorpresa para él y para los católicos argentinos, la mayoría de los cuales jamás habían oído hablar de él, de acuerdo con Austen Ivereigh, autor de «The Greater Reformer: Francis and the Making of a Radical Pope».

Conocido como «el Papa de los pobres», Francisco pasó mucho de su tiempo como arzobispo en los barrios marginados de Buenos Aires. Las vacaciones por lo general significaban quedarse en su departamento y leer, tal como lo hizo durante sus vacaciones en Roma este verano.

No le gusta mucho viajar al extranjero. En la década de 1980, cuando Bergoglio fue enviado a Alemania unos meses para estudios doctorales, sentía tanta nostalgia que pasaba algunas noches mirando los aviones que despegaban del aeropuerto rumbo a Argentina, escribió Ivereigh.

«No me sorprende nada que no haya estado aquí», dijo el reverendo Matt Malone, editor en jefe de la revista jesuita América, afincada en Nueva York. «Su vida entera ha estado dedicada al pueblo de Argentina y Sudamérica».

En una sesión de preguntas y respuestas con reporteros efectuada en julio, Francisco dijo que pasaría las semanas previas a su visita a Estados Unidos «estudiando» para el viaje. En el pasado, ha expresado cierta incomodidad con el idioma inglés, pero ha dado discursos bien articulados y bien recibidos en inglés en dos viajes: en Corea del Sur y durante su gira Sri Lanka-Filipinas este año. En Estados Unidos, hablará tanto en inglés como en español.

Su introducción a Estados Unidos comenzará en Washington, donde hablará ante una sesión conjunta del Congreso el 24 de septiembre, seguida de un discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, y de una misa al aire libre en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.

Pero la jornada inicia antes y en un lugar mucho más familiar, en Cuba, donde del 19 al 22 de septiembre marcará la nueva era de la relación entre la isla y Estados Unidos. De ahí, a viajar a Norteamérica.

«El corazón de Francisco pertenece al Tercer Mundo y al Hemisferio Sur, pero tiene un estilo para pregonar el Evangelio que es muy atractivo para las personas de Estados Unidos», dijo Reese. «Creo que habrá una respuesta abrumadora del pueblo estadounidense hacia él. Creo que los cautivará».

Fricciones con LGBT

El Encuentro Mundial de Familias, el evento religioso principal de la primera visita del Papa Francisco a Estados Unidos, tiene la intención de enviar un mensaje de amor y júbilo mientras busca promover la enseñanza de la iglesia en relación al matrimonio. Sin embargo, a cuatro semanas de su inauguración en Filadelfia, la fricción crece entre lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros católicos, quienes han presionado por tener una mayor participación en el evento.

Las tensiones alrededor del encuentro constituyen un test real a la postura del Pontífice que enfatiza en los valores de la compasión y la apertura hacia estos grupos al tiempo que sostiene la doctrina católica de que el matrimonio sólo es posible entre un hombre y una mujer.

Los únicos oradores que abordarán de forma específica los temas de las comunidades LGBT en la conferencia del 22 al 27 de septiembre son un hombre homosexual célibe y su madre.

Los gays y lesbianas pueden asistir a la reunión como individuos y a los grupos que defienden el matrimonio gay se les negó un espacio en la feria exhibición que acompaña el encuentro y otras opciones para presentar sus puntos de vista.

«No queremos ofrecer una plataforma en la conferencia para gente que defiende posturas contrarias a la vida de nuestra iglesia», dijo el arzobispo de Filadelfia y anfitrión del evento, Charles Chaput.

Francis DeBernardo de New Ways Ministry, un grupo de defensa de los católicos LGBT, dijo que Chaput y otros arzobispos de Estados Unidos «están enterrando la cabeza en la arena».

«Ven los temas LGBT como un problema a contenerse en lugar de explorarse», dijo DeBernardo. «Toda la comunidad católica en Estados Unidos discute esto ahora. ¿Por qué no puede hacerlo el Encuentro Mundial de Familias?».

Como respuesta al mensaje oficial, New Ways Ministry y varios grupos aliados han programado varios eventos – incluido un taller sobre identidad de género – para que coincidan con el Encuentro de Familias. En el plan inicial, los programas se llevarían a cabo en una iglesia católica en Filadelfia, pero los grupos LGBT dijeron que el sacerdote de la iglesia rescindió la invitación por presión de la oficina de Chaput. Los grupos LGBT dicen que los eventos serán reubicados a una cercana iglesia metodista.

Otra área de debate es el estatus de los empleados abiertamente homosexuales en las instituciones católicas en Estados Unidos. Decenas de personas han reportado haber perdido sus trabajos en estos lugares desde 2010 a causa de sus relaciones con personas del mismo sexo, o su apoyo al matrimonio gay y derechos homosexuales, incluida Margie Winters, una maestra gay despedida en junio por una escuela católica en Filadelfia.

El Encuentro Mundial de Familias es un evento trienal con apoyo del Vaticano, que se ha llevado a cabo en varias ocasiones desde 1994 con el objetivo de fortalecer matrimonios y familias. La reunión en Filadelfia será la primera en Estados Unidos.

El Embajador de Estados Unidos en la Santa Sede, Kenneth Hackett, dijo en una entrevista con The Associated Press que el matrimonio gay ya es «la ley de nuestra tierra», agregó: «Cómo lo va a manejar el Papa, creo que será uno de esos temas de matrimonios no tradicionales de los que habla o hace referencia».

Citó los puntos de vista de Francisco sobre «situaciones de matrimonio en donde la gente está bajo estrés», a causa del divorcio o la violencia intrafamiliar, o en donde padres solteros crían hijos. «Así que si tomamos lo que ha dicho en varias ocasiones sobre el extender la generosidad y merced de la iglesia a aquellos en situaciones diferentes, por ahí considero que llegará», dijo Hackett.

A más de dos años en su pontificado, Francisco ha frustrado a algunos católicos estadounidenses conservadores al no hablar sobre la educación de la iglesia en relación al matrimonio con tanta frecuencia como sus predecesores. En lugar de eso, ha enfatizado la compasión al defender a la iglesia en temas sociales controvertidos mientras intenta atraer al rebaño a los católicos que han abandonado la iglesia.

En 2013 parecía llevar esa actitud hacia los homosexuales cuando respondió una pregunta sobre un supuesto sacerdote gay al decir, «si alguien es gay, está en búsqueda del Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?». Sin embargo, Francisco también afirmó que las relaciones y los matrimonios del mismo sexo van en contra de la enseñanza de la iglesia.

Aun así, cerca de cuatro de cada diez católicos entrevistados por el Public Religion Research Institute y el Religion News Service creen erróneamente que Francisco apoya a las parejas de gays y de lesbianas que se han casado civilmente. La encuesta relevada el martes fue aplicada a 1.331 adultos de Estados Unidos y tenía un margen de error de más o menos 3,4 puntos porcentuales.

Durante su tiempo en Filadelfia, está programado que el Pontífice visite un Festival de Familias al aire libre el 26 de septiembre y celebre misa al día siguiente en la clausura del Encuentro de Familias.

Entre los más de 15 mil católicos inscritos para la conferencia, hay 22 personas que representan a las familias LGBT a nombre de una coalición llamada Equally Blessed (Igualmente bendecidos). Aunque oradores oficiales no expresarán sus puntos de vista, esperan entablar conversaciones con otros asistentes.

Entre ellos se encuentra Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva del grupo católico LGBT Dignity USA. Asistirá con su esposa y dos hijas.

«Queremos ser una presencia visible, con el mensaje de que las familias LGBT son parte de la iglesia», dijo Duddy-Burke. «Pensaría que la mayoría de la gente que venga tiene miembros LGBT en sus familias… La mayoría van a reconocer que la enseñanza de la iglesia es perjudicial».

El contingente de Equally Blessed también incluye a Delfín Bautista, una activista transgénero que está a cargo del Centro LGBT en la Universidad de Ohio, su esposo, Jason Hernández, y su madre Rebeca del Cristo, de 64 años. Aunque antes estaba en contra de la homosexualidad, ahora es activa en la causa de los derechos gay y usa un prendedor de arcoíris cuando asiste a misa en Miami.

Bautista, que fue enviada de joven a terapia con el objetivo de cambiar su orientación sexual, espera influenciar a otros en la reunión de Filadelfia al contar su historia.

«Somos igual de católicos e igual de familia como cualquier otra familia», dijo Bautista.

Entre los grupos católicos conservadores a quienes les asignaron espacio de exhibición en la reunión está Courage International, que describe su misión principal como un intento de que la gente con atracción al mismo sexo viva vidas castas.

Courage se ha enfrentado a críticas de activistas de derechos gay por apoyar la opción de la terapia reparativa para gays y lesbianas. El reverendo Philip Bochanski, director asociado del grupo, dijo que Courage no promueve tal terapia, pero respeta el derecho de los individuos de buscarla si la consideran apropiada.

De las más de 70 conferencias y presentaciones en el programa de Encuentros de Familias, sólo una dirige explícitamente el tema homosexual. Es una presentación conjunta de un gay célibe católico, Ron Belgau, y su madre, Berverly Belgau, y abordarán cómo las familias católicas pueden responder cuando un miembro de la familia sale como gay.

Ron Belgau, quien es maestro en la Universidad de St. Louis mientras realiza su doctorado en filosofía, es cofundador de un blog llamado Spiritual Friendship, que promueve el celibato como una opción admirable para los cristianos homosexuales.

Belgau dijo que cree que la mayoría de los católicos de Estados Unidos ahora apoyan el matrimonio entre el mismo sexo, que se volvió legal en los 50 estados bajo un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos en junio.

No espera que la iglesia cambie su enseñanza, pero indica que podría haber formas en hacer que las parejas homosexuales se sientan más bienvenidas – comparables con el compromiso a la iglesia por parte de muchos católicos que utilizan control de natalidad o se han divorciado.

«Siempre he pensado que la Iglesia Católica debería ser lo más abierta que pueda con la gente, incluso si no siguen del todo la enseñanza de la iglesia», dijo Belgau.

Otro orador será Douglas Farrow, un profesor de pensamiento cristiano en la Universidad McGill en Montreal. Ha escrito extensamente sobre lo que él percibe como las consecuencias nocivas de legalizar el matrimonio del mismo sexo y dice que la Iglesia Católica debe mantenerse firme, pero no antagónica, al promover su visión de un matrimonio heterosexual.

«Claro que hay lugar para mejorar la forma en cómo le responde la iglesia a su gente», dijo Garrow. «La iglesia en Estados Unidos debe sentirse más cómoda en su propia piel teológica… para que esté más cómoda en estas conversaciones que son tan tensas sobre lo que es el matrimonio».

Ken Gavin, vocero de la arquidiócesis de Filadelfia, expresó su deseo de que las diferencias en relación a la temática LGBT no provoquen animosidad.

«Es muy posible demostrar caridad cristiana y amor para todos incluso si no coincides con su punto de vista», dijo en un correo electrónico.

Expectativas

Concretar el proceso de canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Dialogar sobre temáticas incluyendo el calentamiento global, la pobreza

y el enfoque diplomático con Cuba y con Irán.

Diferencias en temas como el aborto y la constitución del matrimonio gay.

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