WASHINGTON
AP
Hillary Rodham Clinton y sus asesores en el Departamento de Estado de Estados Unidos eran muy conscientes de la necesidad de proteger la información sensible cuando discutían asuntos internacionales por correo electrónico y otras formas de comunicación electrónica poco seguras, según el último paquete de emails de la época de Clinton en el cargo publicados por la agencia.
El Departamento de Estado hizo públicas unas 7 mil 121 páginas de correos electrónicos de Clinton a última hora de la noche de ayer, incluyendo unos 125 mensajes que fueron censurados antes de su emisión porque contienen información que ahora se considerada clasificada. La inmensa mayoría de los textos se refieren a aspectos mundanos de la rutina diaria en cualquier lugar de trabajo: mensajes de teléfono, distribución de horarios y reenvíos de artículos de prensa.
Pero en unos cuantos Clinton y sus asesores hacen hincapié en las limitaciones para discutir asuntos sensibles cuando se trabaja fuera de los sistemas de mensajería seguros del gobierno — y la necesidad de proteger esa información.
En un correo electrónico de febrero de 2010 destinado a Clinton, uno de sus asesores, Alec Ross, habló de frustración con «los límites del correo electrónico no clasificado» en un mensaje sobre una nación no especificada la que se refirió como «el país del que hablamos». La comunicación parece centrarse en disturbios civiles en Irán durante el período previo al Movimiento Verde, cuando manifestantes iraníes emplearon medios sociales e internet para desafiar sin éxito la reelección del entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad.
En un intercambio de mensajes del 6 de febrero de 2010, Clinton pide a su ayudante Huma Abedin temas de conversación para un llamado que está a punto de tener con el recién nombrado canciller de Ecuador. «Lo felicita por convertirse en ministro de Exteriores y propone establecer una relación personal con él», respondió Abedin. «(Estoy) intentando conseguirle una hoja de llamados, es clasificado…».
En otro correo electrónico de enero de 2010, la asistente Cheryl Mills responde enfadada a una información del New York Times basada en la filtración de cables clasificados enviados por Karl Eikenberry, embajador de Estados Unidos en Afganistán. «La filtración de material clasificado es una violación no solo de confianza, sino que también es una violación de la ley», escribió Mills.
Clinton mostró también su frustración por el tratamiento de ciertos documentos ordinarios del Departamento de Estado considerados como clasificados. Cuando un ayudante le dijo que el borrador de unas inocuas declaraciones sobre el conflicto palestino-israelí estaban en el sistema de mensajería clasificada de la agencia, ella respondió: «¡Es un comunicado público! Envíamelo por correo electrónico».
En total, el Departamento de Estado ha publicado 13 mil 269 páginas de correos electrónicos de Clinton, de los que más del 25% de procedían de su servidor privado, apuntó Toner.