Por LUIS ANDRES HENAO
SANTIAGO, Chile Agencia AP

Entre las fachadas de los edificios y rascacielos de una concurrida calle de la moderna Santiago se encuentra instalada una choza de paja que, hoy por hoy, es un símbolo del creciente respeto al pasado indígena de Chile que por mucho tiempo fue desdeñado.

_Inter20_1bEn el lugar, algunos enfermos remitidos por un hospital vecino hacen fila para consultar a la Lawentuchefe, o yerbatera en la lengua mapuche, que trabaja dentro de la choza, como parte de una iniciativa gubernamental que busca incluir el conocimiento de las hierbas prehispánico al sistema de salud pública de Chile.

Ahora, la cultura mapuche, por mucho tiempo vista por encima del hombro en el país andino, poco a poco se ha convertido en algo chic.

«Yo no soy mapuche pero sí creo en la cultura mapuche», dijo Elba Soto, de 56 años, que va a menudo a la ruka, como se llama la tradicional casa de paja, en busca de hierbas y ungüentos para aliviar un dolor de huesos. «Todo me sorprende, me encanta».

Los diseños de corte geométrico de los mapuches han llegado a las pasarelas de Nueva York o París, su comida ha servido de inspiración a la alta cocina y hasta la popular cantante Ana Tijoux ha ondeado su bandera multicolor durante sus conciertos y rapea sobre su lucha en un álbum musical que fue nominado a los Grammy. Hasta las estaciones de televisión compiten con shows sobre el grupo indígena más grande del país.

«Lo Mapuche hoy día no es solamente lo folclórico. Lo Mapuche hoy día es un icono pop cultural», dice Pedro Cayuqueo, escritor mapuche y presentador del programa televisivo «KulMapu», sobre la cultura indígena, y que se emite en CNN Chile. «Y eso hace que figuras de la música rock, audiovisual, y de la gastronomía gourmet se interesen en el cruce cultural y vean a los Mapuches como algo, ya no desde una mirada paternalista o caritativa, sino que vean a los Mapuches como algo que es ‘cool»’.

Los Mapuches, una palabra que significa «gente de la tierra» en su lenguaje, se han resistido a los ejércitos invasores de su comunidad durante siglos: primero al poderoso Imperio Inca y luego a los conquistadores españoles.

En el pasado, los Mapuches lograron el reconocimiento del derecho a la tierra y a lo producido al sur del río Bio Bio, que más o menos corresponde a la mitad del sur del Chile. Pero a finales del siglo XIX, una nueva oleada de colonos europeos llegaron, los tratados que reconocían sus derechos se rompieron, y las tierras fueron ocupadas violentamente. Los sobrevivientes fueron empujados a la periferia de las tierras colonizadas.

Hoy en día, la mayoría del más de millón de mapuches viven en el área metropolitana de Santiago y en su hogar ancestral de la Araucanía, la región más pobre del país ubicada al centro-sur de la nación.

Son mucho más pobres y menos educados que la mayoría de los chilenos, más propensos a contraer enfermedades, y a padecer de desnutrición y discriminación.

Incluso, con la restitución de algunas de sus tierras en las últimas décadas, los Mapuches sólo son propietarios de una pequeña parte de la que solían controlar a finales del siglo XIX.

Una facción radical de los Mapuches, en la Araucanía, ha ocupado y quemado propiedades y camiones que cargan madera para exigir la devolución de las tierras de sus ancestros, muchas de las cuales están hoy en poder de latifundistas y grandes empresas forestales. En redadas a comunidades Mapuches, la policía ha sido acusada por la violencia empleada al entrar a los hogares de los indígenas usando gases lacrimógenos y disparando balas de goma a mujeres y niños indiscriminadamente.

Aunque la mayoría de los chilenos y de los Mapuches rechazan la violencia, el conflicto con la policía ha despertado el interés por la cultura Mapuche y las peticiones de los indígenas.

Cayuqueo, el escritor, dice que hoy los jóvenes Mapuche se caracterizan por su interés por explorar sus raíces y no reniegan de sus orígenes como lo hicieron sus antepasados ?para evitar la discriminación.

Las autoridades chilenas también están tomando algunas medidas para fomentar la cultura de los pueblos autóctonos. El mes pasado, el gobierno organizó la primera Copa América de grupos indígenas y este mes puso en marcha un programa piloto con la Universidad de Chile para la formación de educadores interculturales bilingües del país en la lengua Mapuche, el Mapudungun, para que la puedan enseñar en las escuelas del país.

En la choza instalada en Santiago, la yerbatera Natalia Ojeda Hueitra dice que ha visto una mejora en la manera cómo son tratados los Mapuches.

«Antes había mucha discriminación, mucho ningunear, ver como lo más bajo lo que teníamos nosotros, los Mapuches», dijo Hueitra que luce una ‘trapelacucha’, o tradicional collar de plata que se pone en el pecho. «Y ahora no. Ahora es el empoderamiento que le decimos nosotros».

La influencia Mapuche es evidente en el menú del restaurante Borago, que recientemente apareció entre los 50 mejores de la prestigiosa lista San Pellegrino. Borago usa métodos de cocción mapuche como el rescoldo, que consiste en cocinar en las brasas y cenizas, lo que le da un sabor ahumado a las preparaciones. Entre los cientos de ingredientes del restaurante de cocina endémica está el maqui, una fruta que proviene de un árbol sagrado para los Mapuches.

«¿Qué hacemos nosotros? Muy simple, cocinamos el territorio de Chile. Hacemos la cocina nativa de Chile. Somos la continuación del pueblo Mapuche», dijo Rodolfo Guzmán, chef y propietario del restaurante. «Hacemos exactamente lo mismo pero utilizando el conocimiento para construir un camino que podría visualizarse como la nueva cocina chilena».

VOZ, compañía diseñadora de modas basada en de Nueva York, trabaja con artesanos mapuche y vende sus diseños tejidos a mano, incluso en países de Asia y Medio Oriente. Los tejidos se han exhibido en Los Ángeles y París y durante la Semana de la Moda, de Nueva York.

El trabajo mapuche «es tan hermoso y elaborado por manos expertas», dijo Jasmine Aarons, fundadora de VOZ. «Y las historias que los artesanos mapuches retratan en los tejidos son tan poderosas como su cultura».

La televisión estatal chilena recientemente comenzó a transmitir un drama histórico llamado «Sitiados: la otra cara de la Conquista», que se centra en la batalla de Curalaba de 1598, una victoria famosa de los mapuches contra los colonizadores españoles. El seriado ha sido tan popular que algunos críticos locales se refieren a él como el «Game of Thrones» de los Mapuches.

«Lo que está ocurriendo demuestra que en el pueblo Mapuche tenemos mucha sabiduría que compartir», dijo el líder mapuche Hugo Alcaman. «Estamos orgullosos de ser indígenas justamente porque sabemos de la sabiduría que tenemos para ofrecerle al mundo».


MAPUCHE

Los mapuches (del mapudungun mapuche, el nombre que se dan a sí mismos, a su vez un compuesto de mapu, “tierra”, y che, “persona”; es decir, “gente de la tierra”, “nativos”), también llamados auca por los incas y también llamados araucanos por los conquistadores españoles en los tiempos de la llegada de los europeos a su territorio, son un pueblo aborigen sudamericano que habita el sur de Chile. De modo genérico, «mapuche» abarca a todos los grupos que hablan o hablaban la lengua mapuche o mapudungun y, de modo particular, se refiere a los mapuches de La Araucanía y sus descendientes. Los grupos indígenas que hablan o hablaban la lengua mapuche se extendían desde El valle del Limarí hasta la isla de Chiloé.

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