ATENAS
AP

Grecia prosiguió el martes las conversaciones para conseguir un nuevo rescate financiero, pero su gobierno fue censurado por versiones de que tenía un plan ultrasecreto para el posible retiro del euro que involucraba el acceso a los datos impositivos personales de los ciudadanos.

Los emisarios de los acreedores internacionales mantuvieron un segundo día de conversaciones preparatorias con funcionarios griegos previas a las negociaciones de alto nivel de esta semana.

Las gestiones en Atenas pretenden completar los términos del acuerdo —unos 85 mil millones de euros (94 mil millones de dólares) por tres años— antes del 20 de agosto, fecha en que debe abonar un pago que no podría efectuar sin nuevos préstamos.

Mina Andreeva, una portavoz de la Comisión Europea, dijo que los representantes de los acreedores «trabajan duro para concluir las negociaciones tan pronto como sea posible» y la cooperación con el lado griego «funciona con fluidez».

Será el tercer rescate financiero de la nación en más de un lustro. Hasta ahora, Grecia ha recibido unos 240 mil millones de euros de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

A cambio, se ve obligada a implementar cortes de gastos, aumentos de impuestos y reformas de mercado. La austeridad profundizó una intensa recesión y catapultó el desempleo a un récord en tiempos de paz.

Las conversaciones de esta semana incluirán varias cuestiones como pensiones y reformas laborales. Al gobierno se le ha pedido que aumente la edad de retiro, agilice el sistema de pensiones y reduzca las protecciones a los trabajadores en casos de despidos masivos.

El primer ministro Alexis Tsipras ha aceptado a regañadientes las reformas en principio —aun diciendo que no está de acuerdo_ abandonando las políticas de oposición a la austeridad que llevaron al poder a su partido Syriza hace seis meses. El cambio de actitud fue necesario después que las conversaciones sobre el rescate estuvieran a punto de naufragar y Grecia se vio amenazada de retirarse de la divisa común.

Andreeva dijo que si todos se apegan a lo pactado podrá lograrse un acuerdo a tiempo de manera que los parlamentos nacionales puedan aprobar el rescate para el 20 de agosto.

El Parlamento aprobó dos series de reformas, pero una cuarta parte de los legisladores del partido de Tsipras se negaron a respaldarlas.

Simultáneamente, el exministro de finanzas de Tsipras, Yanis Varoufakis, sostuvo que tenía un plan contingente que consistía en establecer un sistema bancario paralelo que permitiera continuar las transacciones —en euros, pero con la conversión inmediata a otra divisa— en el caso de que cerraran los bancos.

El supuesto esquema nunca recibió la aprobación de Tsipras aunque los bancos cerraron tres semanas y todavía imperan severas limitaciones a los retiros, aunque las transferencias internas todavía se permiten.

Varoufakis dijo que tuvo que hacer el trabajo en secreto porque los altos cargos del ministerio estaban todavía bajo control de los acreedores internacionales, una aseveración que la portavoz de la Comisión Europea consideró «falsa e infundada».

El responsable de los servicios de tecnología del Ministerio de Finanzas negó que el sistema de la agencia fuera violado, agregando que existen las medidas de protección adecuadas.

El principal partido de oposición, Nueva Democracia, solicitó el martes que un comité parlamentario investigue a Varoufakis para determinar si Tsipras tenía conocimiento del supuesto plan.

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