Por Santiago Peluffo
Londres, Agencia dpa

El inusitado calor y la falta de lluvia de los dos primeros días en el torneo de Wimbledon secó el césped de las canchas de tal manera que la superficie y las condiciones de juego parecen agradarles a los tenistas tradicionales de arcilla.

Las pistas, que sólo recibieron algo de agua de riego ante la falta de las típicas lluvias en más de 48 horas, estuvieron aún más secas el miércoles, ya que se espera una temperatura récord que sobrepase los 30 grados en la catedral del tenis de Londres.

Estas condiciones atípicas generan que los jugadores más habituados al juego sobre arcilla, con peloteos de fondo largos y botes de bola alto, puedan sentirse más a gusto en la hierba del All England Club.

Así lo manifestaron varios jugadores tras la primera ronda del tercer torneo de Grand Slam del año.

El español Rafael Nadal explicó por qué prefiere estas condiciones de sol: «Es lógico que las pistas estén un poco más secas y se vuelven más fáciles para moverse, menos peligrosas y menos resbaladizas», dijo el especialista en arcilla y dos veces campeón en la hierba de Wimbledon.

«Es mejor jugar así para las lesiones que cuando hay más humedad o nubes», completó Nadal.

Sus compatriotas también ponderaron el efecto del calor en la superficie. «Es verdad que en hierba las circunstancias cambian cuando hace mucho calor porque el bote es mucho más alto», dijo Fernando Verdasco, aunque aclaró: «Puedes jugar más así, pero al final te esperas un bote más de hierba o la esperas más rápida y a veces puedes fallarla».

El asunto de los piques es crucial para los especialistas en tierra batida. Así lo ve el argentino Leonardo Mayer: «La cancha no está tan rápida, los piques son bastante lentos y muy altos. Cuando sacás un ‘kick’ se levanta la pelota y el slice corre bajo; están buenas las condiciones de las canchas así», expresó.

Según Mayer, número uno de Argentina, «quizá no se sienta tanto la supremacía de un jugador de saque y volea» como tradicionalmente sucede sobre césped.

Su compatriota Juan Mónaco reconoció que se sorprendió con las condiciones, a pesar de haber ganado en sets corridos en su debut: «Yo pensaba que si había sol iba a estar más lento, pero un especialista me dijo que por la dureza se pone más rápida. El pique sí es más alto, pero es rápido a la vez», comentó «Pico».

Según el pronóstico de las dos agencias meteorológicas que trabajan para el torneo de Wimbledon (el servicio público británico y una empresa privada francesa), el miércoles el sur de Londres alcanzará temperaturas de hasta 33 grados y no se esperaban lluvias hasta el jueves.

Pero más allá de los cambios en la superficie, ¿cómo sienten esta «ola de calor» los jugadores en su cuerpo? Para los españoles, es ideal jugar con altas temperaturas. «Es mejor, a mí me gusta mucho sentir que la temperatura es alta, que entras en calor y que cuando te sientas (en los cambios de lado) no hay frío», opinó la española Garbiñe Muguruza, número 20 del mundo.

«Me gusta el calor; cuanto más calor haga, mejor. Sobre todo porque el piso está más duro y bota más», coincidió el español Roberto Bautista-Agut, tras superar su debut en Wimbledon.

A juicio de un gran conocedor de la hierba del All England, como es el suizo Roger Federer, el calor no es tan extremo. «No está caluroso, son perfectas condiciones para jugar al tenis. Acá en Europa nunca es un problema (el calor); con cemento bajo tus pies y sol y calor, sí se pone duro», comentó el número dos del mundo y siete veces campeón en Londres.

Minutos más tarde, en la misma sala principal de conferencias del club, Nadal coincidió con su eterno rival del circuito: «Las condiciones fueron geniales, es difícil pensar un día mejor que hoy para jugar al tenis».

A los jugadores parece agradarles de forma unánime el buen clima y prefieren evitar la lluvia, pero el césped se desgasta más rápidamente bajo estas condiciones. Hay una persona en particular que lo sufre: es Neil Stubley, jefe de las pistas del All England Club desde 2012.

«No queremos siempre días secos porque perdemos humedad, y cuanta menos humedad, más seco y duro el césped», dijo Stubley a dpa. «Para los jugadores y el público es bueno, pero nos viene bien un poco de lluvia también».

Para estos días de altas temperaturas, en Wimbledon existe una «política de calor». Cuando la temperatura excede los 30,1 grados, se permite un descanso de 10 minutos entre el segundo y tercer set. Pero sólo se aplica para las mujeres, tanto mayores como juniors.

Maria Sharapova, campeona en Wimbledon en 2004, desconocía la regla y se molestó cuando le consultaron si creía que la medida era «sexista». Dijo la tenista rusa con ironía: «Qué palabra más apropiada para usar… Pero creo que si se vuelve muy caluroso el día y podemos usar los 10 minutos, ¿por qué no?».

UN CALOR RÉCORD EN WIMBLEDON

Termómetros disparados, mucha agua, toallas con hielo, crema solar y desmayos: el calor que azota estos días la ciudad de Londres llegó de pleno al torneo de tenis de Wimbledon, obligado a cambiar su rutina para combatir las altas temperaturas.

Wimbledon, el Grand Slam de la lluvia y de las nubes, es del calor en esta edición número 129. En sus primeros tres días de competencia, no cayó una gota de agua y las temperaturas sobrepasaron los 30 grados. Hoy alcanzaron los 35,7, lo que supone un récord en Londres, que no veía un día tan caluroso desde 1976.

Londres es una ciudad que no está habituada a estas temperaturas, ni siquiera en el verano boreal, por lo que días como el martes o el miércoles alteraron las rutinas en el All England Club.

Esta mañana el court central amaneció techado hasta las 11:30 horas «para preservar el estado del césped», según anunció la organización del torneo. Tras la apertura de las puertas del club, por los altoparlantes se pedía a los espectadores que «por favor se hidraten bien debido a las altas temperaturas».

Roger Federer, siete veces campeón en Wimbledon, dijo el martes que no le molestaba el calor y que en general es más perjudicial para el público. «Aquí en Europa nunca es un problema. Con cemento bajo tus pies y sol y calor, como en Australia, sí se pone duro. Nosotros estamos acostumbrados. Quizá afecte más a los espectadores porque están ocho horas al sol viendo tenis», dijo el suizo.

Según informó el torneo, 125 espectadores requirieron tratamiento el martes por el calor y dos debieron ser hospitalizados.

Un niño recogepelotas del torneo de tenis de Wimbledon tuvo que ser atendido hoy por personal médico después de sufrir un colapso por el calor.

Esa mañana, en el partido entre John Isner y Matthew Ebden en la cancha 17, el joven sufrió un colapso durante el partido entre el estadounidense John Isner y el australiano Matthew Ebden por la segunda ronda. Se desmayó en pleno juego, fue retirado en camilla y debió ser atendido por los médicos.

«El recogepelotas de la pista 17 fue tratado y se siente mucho mejor. Le deseamos una rápida recuperación», señaló la organización del Grand Slam en su cuenta de Twitter.

La mayor parte de los tenistas solicitó toallas con hielo en los descansos de sus partidos. Y el termómetro de la cancha número 1 marcó hoy 35,9 grados centígrados durante el partido entre el alemán Tommy Haas y el canadiense Milos Raonic.

«No recuerdo un día tan caluroso en Wimbledon», dijo la extenista Tracy Austin, ahora comentarista de la BBC.

Los fans australianos, que siempre se mueven de amarillo y en grupo, son los más resistentes al calor. «Sabemos cómo prepararnos, estamos acostumbrados: mucho protector solar, agua y sombrero», dijo la aficionada Anne Iron, natural de Brisbane.

Hidratarse no es muy económico en el exclusivo All England Club. Una botella de agua de medio litro cuesta 2,5 libras (3,9 dólares), aunque hay fuentes para recargar durante toda la jornada. Un helado de vainilla de 100 mililítros vale 3 libras.

Con el mercurio superando los 35 grados, muchos espectadores buscaron refugio en la tienda oficial de Wimbledon, con aire acondicionado, donde un gorro para protegerse del sol cuesta 19 libras. A la salida de la tienda, rodeando por la izquierda el court central hay otro cobijo: el patio de comidas. Allí, pocos miran los partidos por los televisores. Las filas más largas están en los stands de cerveza (2,5 libras el vaso) o sangría (8 libras).

Tanto Federer como Rafael Nadal dijeron desconocer la regla del calor, minimizaron el impacto del calor y no buscaron excusas.

El australiano Bernard Tomic, que avanzó a la tercera ronda tras vencer al francés Pierre Hugues Herbert en sets corridos, dijo: «Es interesante que las mujeres tengan una regla diferente por el calor; ¿si es justo? Bueno, no soy quién para decir, es difícil contestar eso».

La rusa María Sharapova, quien no había visto con agrado que consideraran «sexista» la regla del calor, relativizó hoy el problema de las altas temperaturas.

«Creo que se trata de prepararse y saber que va a hacer calor. Honestamente hace mucho más calor en mi casa en Florida (Estados Unidos)», dijo la campeona de 2004.

La madre de Andy Murray, Judy Murray, opinó que debería introducirse también para los hombres: «Creo que deberían adoptarla también, especialmente porque deben jugar al mejor de cinco sets y los Grand Slams son muy duros».

Su hijo admitió a su vez que no está habituado a estas temperaturas en tierras británicas. «Estuvo definitivamente caluroso hoy. No recuerdo haber jugado partidos en Wimbledon con más de 30 grados», afirmó el escocés Murray.

El alivio llegaría de todas formas hoy por la noche. «Hay alta probabilidad de lluvias después del anochecer y seguramente mañana (jueves) tendremos alguna tormentas que afecten el juego al comienzo de la jornada», dijo el meteorólogo de Wimbledon, Steve Crampton.


Regla del Calor en Wimbledon

Esta regla del calor, vigente en Wimbledon desde 1992, sólo se ha aplicado en dos ocasiones: el 23 de julio de 2006 y el 30 de junio de 2009. El núcleo de la norma es el ‘heat stress index’, un índice que combina la temperatura del aire, la humedad y la temperatura de la superficie.

Las mediciones de estos valores se realizan tres veces durante cada jornada: 30 minutos antes del comienzo de los primeros partidos, a las 14:00 y a las 17:00. En el caso de que el citado índice alcance los 30.1 grados Celsius antes de que las jugadoras sean llamadas a la pista, cualquiera de ellas puede solicitar una interrupción de diez minutos entre el final del segundo set y el comienzo del tercero.

El cambio de las condiciones climatológicas durante el partido no afecta a la aplicación de la regla del calor, siempre sujeta a las condiciones previas a su inicio. Más pendiente del bochorno que de la lluvia durante estos días, Wimbledon mantiene un trato desigual ante el calor.

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