QUITO, Ecuador
AP
Una multitudinaria marcha se congregó ayer en el centro de Guayaquil para rechazar las políticas y el estilo de gobierno del presidente Rafael Correa, luego de que fuera convocada por el alcalde opositor Jaime Nebot.
En su discurso, éste acusó a Correa de que él y su gobierno «han decidido poner la patria al revés, y nosotros tenemos la obligación ética, política, social, de solidaridad» de impedirlo, en alusión a las políticas económicas del régimen.
«Dicen que la prosperidad, el derecho a prosperar, merece castigo. Ese país no lo vamos a aceptar nunca jamás, porque ése no es Ecuador, ése es Venezuela», señaló ante una multitud que se perdía a la distancia y que interrumpía el discurso con gritos de «¡fuera Correa, fuera!».
Decenas de miles de personas abarrotaron las principales avenidas, como la 9 de octubre, y otras calles del centro de Guayaquil en atención al llamado de Nebot. Llegaron portando pancartas, así como banderas de Ecuador, de Guayaquil y banderas negras en señal de rechazo a Correa.
Nebot señaló que el pueblo «se ha pronunciado contundentemente, claramente, multitudinariamente», y advirtió que si el gobierno no quiere oír el planteamiento del pueblo, «cosa que es muy posible, que se haga cargo de las consecuencias de lo que va a pasar en Ecuador; será de su responsabilidad».
Pidió no poner en peligro la dolarización, la cual «nos ha dado estabilidad, capacidad compradora a los salarios y crédito para vivir mejor. Queremos un Ecuador sin impuestos confiscatorios… un Ecuador que no quiere lucha de clases, donde la confianza en la seguridad jurídica permita a la empresa nacional e internacional… invertir, crear, producir produciendo, empleo y bienestar».
Correa, quien se define como socialista del siglo XXI, está en el poder desde enero de 2007 y se ha caracterizado por un estilo confrontador con sectores como la Iglesia, la prensa, los banqueros y los partidos políticos tradicionales. Su período democrático concluye en el 2017.