BEIRUT, Líbano
AP

Insurgentes del grupo extremista Estado Islámico en Siria atacaron vecindarios controlados por el gobierno en la ciudad nororiental de Hasaké, de mayoría curda, el jueves por la mañana, capturando varias zonas de la localidad, dijeron funcionarios y medios estatales.

El ataque del jueves se produce luego de varias derrotas de la milicia radical en el norte de Siria a manos de milicias curdas en las últimas semanas. La ciudad de Hasaké está dividida entre fuerzas del presidente Bashar Assad y combatientes curdos.

También el jueves, Estado Islámico llevó a cabo un nuevo ataque sobre la ciudad curda siria de Kobani, que durante meses resistió una ofensiva insurgente hasta la expulsión de los radicales en enero. Un grupo activista dijo que 10 personas fallecieron en los combates del jueves — la primera vez en seis meses que la milicia radical logra entrar en la urbe ubicada junto a la frontera entre Siria y Turquía.

En Hasaké, Redur Jalil, portavoz de las Unidades de Protección del Pueblo curdas, o YPG, dijo que insurgentes del grupo Estado Islámico atacaron vecindarios controlados por Damasco en el extremo sur de la ciudad, tomando algunas de esas zonas.

La televisora estatal siria informó de intensos enfrentamientos dentro del barrio de Nashawi, en el sur de la ciudad. Según esa información, los extremistas de EI mataron a varias personas que habían retenido en la ciudad, incluyendo al responsable de un complejo residencial militar. Los insurgentes sufrieron varias bajas, entre ellas la de un comandante del grupo, que era un combatiente extranjero, agregó.

Estado Islámico había intentado entrar en la ciudad antes este mes pero solo avanzaron hasta las afueras de la zona sur, donde se encontraron con la fuerte resistencia del ejército de Damasco, que lo expulsó de la zona.

Los ataques sobre Hasaké y Kobani llegan luego de que combatientes de YPG y sus aliados tomaran el bastión extremista de Tal Abyad, también en la frontera con Turquía, y la localidad de Ein Issa, más al sur. Las milicias curdas han estado avanzando desde enero amparados por los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos.

Pero en la vecina Irak, fuerzas del gobierno y milicianos chiíes aliados han sido más lentos a la hora de recuperar territorio controlado por EI. Los iraquíes sufrieron también bajas ocasionales.

Tropas iraquíes expulsaron a los radicales de la localidad natal de Sadam Husein, Tikrit, en abril pero el mes pasado perdieron Ramadi, la capital de la provincia de Anbar, al oeste de Bagdad.

En junio del año pasado, el grupo Estado Islámico lanzó un ataque por sorpresa, capturando grandes zonas de Siria e Irak y declarando en ellas un califato islámico. Se espera que los extremistas acometan una nueva gran ofensiva durante el mes sagrado de los musulmanes, el Ramadán, que comenzó la semana pasada.

En un mensaje de audio el martes, el portavoz de EI, Abu Muhammad al-Adnani, instó a los musulmanes suníes a emplear el tiempo de oración y ayuno del Ramadán, desde la salida hasta la puesta de sol, para hacer la yihad y convertirse en mártires.

«Ataquémoslos en todas partes y agitemos el suelo bajo sus pies», dijo. No fue posible verificar la grabación, pero es similar a mensajes de audio enviados antes por el grupo.

Al-Adnani se refirió a los recientes reveses de EI en el campo de batalla diciendo que los fieles «pueden perder una o varias batallas y pueden perder pueblos y áreas, pero nunca serán derrotados».

El ataque del jueves a Kobani incluyó al menos un atentado con auto bomba, según funcionarios curdos y activistas.

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