In this June 19, 2015, photo, a Confederate flag flies near the South Carolina Statehouse in Columbia, S.C. Whether South Carolina should continue to fly the Confederate flag on its statehouse grounds is the latest in a series of issues to arise this summer challenging the GOP’s effort to build the young and diverse coalition of voters it likely needs to win the White House. (AP Photo/Rainier Ehrhardt)

Por SEANNA ADCOX,
JEFFREY COLLINS y MEG KINNARD,

CHARLESTON,
Agencia AP

Charleston ShootingLa gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, declaró el lunes que la bandera confederada debe ser retirada de propiedad del capitolio estatal ante lo que describió como el nuevo consenso de que la matanza de nueve feligreses negros cambió el significado de ese símbolo.

La gobernadora se retractó de su posición de dejar la bandera en su sitio frente al capitolio días después de que las autoridades acusaran de la matanza a Dylann Storm Roof, de 21 años. El joven blanco aparece en diversas fotografías difundidas en internet sosteniendo banderas de los estados confederados del sur (que rechazaron la abolición de la esclavitud en el siglo XIX y se rebelaron contra el gobierno de Estados Unidos); en otras incendia una bandera de Estados Unidos o le muestra irreverencia.

En un texto que supuestamente escribió Roof éste fomenta la violencia racial. Los sobrevivientes del ataque dijeron a la policía que Roof profirió insultos raciales durante su ataque.

«El homicida que se encuentra tras las rejas en Charleston dijo que esperaba que sus acciones comenzaran una guerra racial. Tenemos la oportunidad de mostrar que no sólo estaba equivocado, sino que suceda exactamente lo contrario», afirmó la gobernadora, rodeada de demócratas y republicanos, negros y blancos, en señal de apoyo a su llamado.

«Tengo la esperanza de que con la remoción de un símbolo que nos divide, podamos hacer que nuestro estado avance con armonía, y podamos honrar a las nueve almas benditas que están ahora en el Cielo», afirmó Haley.

La masacre en la iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel repentinamente convirtió la remoción de la bandera —algo políticamente imposible en Carolina del Sur por mucho tiempo— en la postura aceptada, incluso para políticos que han contado con los votos de personas blancas poco afectas al gobierno en las primarias republicanas.

Haley, que es republicana, pidió a la Cámara de Representantes y al Senado estatal —que controlan sus correligionarios— examinar el retiro de la bandera confederada de donde se encuentra antes de la finalización del verano.

Si no lo hacen, dijo que convocará una sesión especial y los obligará a que resuelvan el asunto.

Para cualquier modificación sobre la bandera confederada es necesario una mayoría de dos tercios en ambas cámaras según lo establecido en el acuerdo que data de hace 15 años mediante el cual se le retiró de la parte más alta del Capitolio y se colocó en un asta frente al inmueble y contigua a monumento dedicado a los soldados confederados.

Las exigencias de que se arríe la bandera de batalla confederada fueron suicidas para las carreras de otros políticos de Carolina del Sur. El grupo Hijos de Ex Combatientes Confederados han advertido que lucharán por mantener la bandera en su lugar.

Haley reconoció que existen distintos puntos de vista sobre el simbolismo que entraña esa bandera.

«Para muchas personas en nuestro estado, la bandera representa tradiciones de nobleza», afirmó.

«El homicida lleno de odio que asesinó a nuestros hermanos y hermanas en Charleston tenía una visión enferma y tergiversada de la bandera. Él no refleja a la gente de nuestro estado que respeta a la bandera y que la venera en muchas formas», agregó.

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