Por ALAN FRAM
WASHINGTON / Agencia AP

Tras la masacre de nueve personas en una iglesia de Carolina del Norte, las perspectivas de que el Congreso apruebe imponer límites a la posesión de armas siguen siendo las mismas que hace años: remotas por ahora, según legisladores y activistas de ambos lados de la polémica.

Al reconocer que una medida del Congreso era improbable por ahora, el presidente Barack Obama dijo que los legisladores ajustarán las restricciones federales a la posesión de armas cuando crean que la gente lo exija.

«No me resigno», dijo Obama a la Conferencia de Alcaldes reunida en San Francisco el viernes. «Tengo fe de que con el tiempo haremos lo correcto».

Otros dijeron que había escasos indicios de que la matanza de nueve feligreses negros —presuntamente por el pistolero blanco Dylann Storm Roof— impulsará al Congreso a tomar medidas, en vista de la historia reciente.

«Soy escéptico de que cambie la manera de pensar de gente que no se convenció con Newtown», dijo el senador demócrata por Connecticut Chris Murphy, aludiendo al intento fallido del Senado por reforzar los controles de antecedentes a los compradores de armas tras la masacre de 26 niños y maestros en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en 2012.

En todo caso, las probabilidades de una medida legislativa parecen menores que antes, dado que las dos cámaras están dominadas por el Partido Republicano, tradicionalmente menos proclive a limitar la posesión de armas. Cuando el Senado rechazó los controles de armamentos en 2013, después de Sandy Hook, los demócratas tenían la mayoría.

«No pudo conseguirlo después de Sandy Hook con el control demócrata» del Senado, dijo Erich Pratt, vocero de Gun Owners of America (Dueños de Armas de Estados Unidos), que defiende el derecho a portar armas. «No lo conseguirá con el control republicano».

Los investigadores empezaban a recolectar información sobre la matanza del miércoles en una histórica iglesia negra en Charleston, Carolina del Sur. Roof, de 21 años, deberá responder a nueve cargos de homicidio y el Departamento de Justicia dijo que estudia si clasificar el ataque como crimen de intolerancia o incluso terrorismo interno.

«El problema sigue siendo cómo impedimos que las armas lleguen a manos de quienes no deben tenerlas sin violar los derechos constitucionales de los estadounidenses respetuosos de las leyes», dijo el presidente de la Comisión Judicial del Senado, el republicano Chuck Grassley. «Hay tiempo de sobra para aprender más sobre lo que sucedió y debatir los medios para prevenir estos actos insensatos».

Murphy y otros atribuyen la renuencia del Congreso al poder de la NRA, la organización estadounidense que defiende los derechos de compra y tenencia de armas.

«El Congreso es incapaz de actuar porque está lleno de perritos falderos del cabildo armamentista», dijo Dan Gross, presidente de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con armas.

El Congressional Record, con las actas de las sesiones, revela que si bien varios legisladores de ambas cámaras tomaron la palabra el jueves para expresar su tristeza por la matanza en Charleston y ofrecer condolencias, ninguno pidió que se tomen medidas para controlar las armas. La palabra «arma» fue pronunciada siete veces, mientras que «control de antecedentes», «control de armas» y «armas de fuego» no aparecieron en absoluto.


ATACARÍA UNIVERSIDAD

_Inter27_1bUn compañero de copas negro del joven blanco acusado de matar a nueve personas en una iglesia de Charleston dijo que, una semana antes del ataque, el pistolero le contó que planeaba una balacera contra un campus universitario de la ciudad.

El amigo, Christon Scriven, dijo a la Associated Press el viernes que pensaba que las afirmaciones de Dylann Roof eran solo bravatas realizadas por una persona ebria. Sin embargo, Scriven dijo que estaba lo suficientemente preocupado, junto con otro amigo, Joey Meek, ir hacia al auto de Roof y tomar su pistola de calibre.45 para esconderla en la salida del aire acondicionado de la casa rodante hasta que todos estuvieron sobrios.

«Solo dijo que iba a herir a un montón de gente» en la Universidad de Charleston, dijo Scriven, de 22 años.

«Yo dije _¿Qué dices? ¿_Por qué quieres hacer daño a toda esa gente en Charleston?’_.

«Solo respondió: _En siete días (…) Tengo siete días»’, apuntó.

Una semana después, el miércoles, autoridades dijeron que Roof, de 21 años, entró en la Iglesia Metodista Africana Emanuel, asistió durante casi una hora a una sesión de estudio de la Biblia y luego abrió fuego contra los asistentes.

El diálogo recordado por Scriven coincide con el relato de otros amigos de Roof entrevistados por AP.

Lo describieron como un joven problemático y confundido que alternaba entre fiestas con amigos negros y despotricar contra ellos con sus amigos blancos.

Cuatro meses antes de la letal balacera, documentos judiciales muestran que Roof fue arrestado en un centro comercial de Columbia por un delito menor de drogas luego de pasearse por el centro vestido completamente de negro, haciendo presuntas sospechosas sobre la hora de cierre de las tiendas y el número de empleados del centro durante la noche. Más tarde fue arrestado de nuevo, en esta ocasión por entrar en el centro comercial a pesar de tenerlo prohibido.

En su perfil de Facebook, Roof publicó una foto en la que aparecía vistiendo una chaqueta adornada con las banderas de los extintos regímenes supremacistas blancos de Sudáfrica y Rodesia, aunque entre sus contactos en la red social había varias personas negras.

Scriven vive al lado de Joey Meek en un parque de caravanas en Lexington, Carolina del Sur, donde residentes dicen que Roof era una visita habitual. Meek y su familia tenían una relación cercana con Roof hasta que este dejó el instituto. Los dos jóvenes perdieron el contacto durante varios años antes de volver a reconectar, apuntó Meek.

En una entrevista el jueves, Meek récord como, un día mientras se emborrachaban con vodka, Roof se quejó por cómo «los negros estaban tomando el mundo» y que «alguien tenía que hacer algo por la raza blanca». Meek apuntó que Roof le contó también que utilizó el dinero que había recibido de sus padres por su cumpleaños para comprar una pistola Glock del calibre 45mm semiautomática.

Scriven dijo que conoció a Roof a través de Meek y que en las últimas semanas habían bebido juntos en varias ocasiones. Hablaban sobre pesca, la NASCAR y armas, apuntó Scriven, pero nunca de razas.

«Una noche nos emborrachamos todos juntos y desde entonces Dylann, yo y éramos colegas», dijo Scriven. «Quedábamos todos los días de juntarnos».

Pronto, Roof empezó a abrirse. Scriven dijo que Roof confesó que no estaba contento, alternando entre las casas de sus padres divorciados. Se quedaba a pasar días enteros en el parque de casas rodantes, fumando cigarrillos American Spirit y bebiendo mucho, dijo Scriven. Después se iba a su casa un día o dos para tomar ropa limpia y dinero.

Scriven dijo que se dio cuenta de que Roof estaba deprimido y que se quejaba de no tener el amor y el apoyo emocional que necesitaba de sus padres. Cuando se puso triste, se fue a su auto y destrozó una cinta de casete de ópera.

«No creo que a sus padres les gustasen sus decisiones, la elección que hizo de tener amigos negros», dijo Scriven. «Su madre le quitó el arma pero de alguna forma regresó y la recuperó (…) Ahí fue cuando vi el arma por primera vez».

La semana pasada, mientras bebían detrás de la casa de Scriven, Roof soltó su plan para un tiroteo masivo en la Universidad de Charleston.

«No creo que la iglesia fuese su primer objetivo porque nos dijo que iba a ir a la escuela», declaró Scriven el viernes. «Pero creo que no puedo entrar en la escuela por la seguridad (…) así que creo que tuvo que conformarse con la iglesia».

Scriven recuerda que le contó a Meek lo que había dicho su amigo, y los dos decidieron tomar su arma. Escondieron la pistola en la casa rodante de Meek. Pero su novia les dijo más tarde que tenían que sacar el arma de la casa, por lo que se la devolvieron a Roof.

Cuando Scriven vio esta semana que Roof había sido arrestado, se dio cuenta de que «hizo realmente todo lo que había dicho que iba a hacer, como matar a esas personas de verdad».

Aunque ninguno se tomó en serio las bravatas de Roof, Scriven dijo que él y otros amigos luchan ahora con la idea de que podrían haber evitado esas muertes.

«Creo que todo el mundo siente culpa», señaló el joven. «Hay muchas cosas que pasan en la vida que simplemente no entendemos y nunca entenderemos. Y esta situación es algo para lo que no vas a encontrar respuestas en la gente normal (…) La única persona que puede darlas en Dylann».

Artículo anteriorWikiLeaks publica presunta intriga saudí
Artículo siguienteCalificadora: Déficit se ubicará en 2.1%