Ciudad de México
Agencia dpa
El partido del presidente Enrique Peña Nieto salió bien librado de las elecciones intermedias de ayer en México, al conseguir mantenerse como primera fuerza en la Cámara de Diputados para sus tres últimos años de gobierno.
Con el 80,55 por ciento escrutado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedó como partido más votado con el 28,64 por ciento de los votos, seguido por el Partido Acción Nacional (PAN, conservador) con el 20,84 por ciento.
«El mensaje que recibimos es el de continuar trabajando en este proyecto», dijo hoy el portavoz presidencial, Eduardo Sánchez, a radio Fórmula.
Una de las notas distintivas de estos comicios, en los que hubo algunos incidentes violentos en el sur del país, fue el triunfo de un candidato independiente a gobernador por primera vez en la historia, gracias a una reforma que abrió las puertas a la participación de candidatos sin partido.
Jaime Heliodoro Rodríguez, conocido como «El Bronco», arrasó con un 48,8 por ciento de los votos en el rico estado de Nuevo León, en el norte, y dejó a una distancia de más de 25 puntos de los candidatos del PRI y el PAN, después de una campaña conducida sobre todo a través de las redes sociales.
El resultado de los comicios legislativos federales y regionales fue positivo para Peña Nieto, después de las fuertes críticas que enfrentó su gobierno en los últimos meses por la desaparición de 43 estudiantes, el bajo desempeño de la economía y supuestos conflictos de interés.
El PRI se aseguró la mayoría simple en la cámara baja -única que se renovaba- si bien no está claro si podrá retener la mayoría absoluta de 251 diputados que lograba hasta ahora en conjunto con sus aliados del Partido Verde, que obtuvo el 7,04 por ciento, y Nueva Alianza, con el 3,78 por ciento.
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional Electoral, en el peor de los casos el PRI y sus aliados tendrán 247 bancas y en el mejor 263 de las 500 bancas.
El PRI obtuvo al menos cuatro de las nueve gobernaciones en disputa, entre ellas la de Guerrero, el estado donde desaparecieron y presuntamente fueron asesinados 43 estudiantes en septiembre, que era gobernado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda).
Los resultados preliminares indican que el PRI consiguió arrebatarle Guerrero al PRD y Sonora al PAN, además de que conservaría Campeche y San Luis Potosí, en tanto que perdió Nuevo León. En Colima el resultado es muy cerrado entre el PRI y el PAN.
El PAN gana en Baja California Sur y Querétaro, mientras que el PRD obtuvo Michoacán, uno de los estados más violentos del país.
Uno de los grandes golpeados en estos comicios fue el PRD, sacudido por el debut electoral de Morena, la fuerza política creada por el dos veces candidato presidencial perredista, Andrés Manuel López Obrador.
El PRD se encamina a perder su hegemonía absoluta en Ciudad de México, además de que podría retroceder en la Cámara de Diputados, después de haber obtenido un 10,61 por ciento de los votos, en comparación con el 8,74 del debutante Morena.
Las elecciones del domingo fueron las más grandes de la historia de México, al realizarse de manera concurrente los comicios legislativos intermedios y elecciones regionales en 15 estados y la capital para elegir nueve gobernadores, unos 900 alcaldes y 600 diputados locales.
La participación electoral, a pesar de los incidentes para boicotear los comicios protagonizados por maestros contrarios a una reforma educativa, fue de un 47 por ciento, similar al promedio de las elecciones intermedias de los últimos años.