Por KEN DILANIAN
WASHINGTON
AP

La ley sobre vigilancia promulgada esta semana representa el freno más significativo a los poderes investigativos del gobierno estadounidense desde la década de 1970.

Sin embargo, es prácticamente insignificante en el universo de las vastas operaciones de espionaje digital de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), una simple mejora técnica a un programa antiterrorista marginal del que algunos funcionarios en la NSA querían deshacerse de todas maneras.

Después de una transición de seis meses, la nueva ley cancelará la recopilación masiva de registros telefónicos de los estadounidenses por parte de la agencia, y en su lugar se aplicará un sistema de búsquedas caso por caso de registros en poder de compañías telefónicas.

La existencia del programa, en operación desde poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, fue quizá el secreto más sorprendente revelado por el excontratista de la NSA Edward Snowden, porque afectó directamente la privacidad de los estadounidenses. Fue la primera revelación de él publicada por los periodistas con quienes compartió documentos, y generó un estruendo.

Pero en los dos años transcurridos desde que Snowden se exilió en Rusia para evitar ser enjuiciado en Estados Unidos, sus documentos han alimentado decenas de revelaciones sobre las operaciones de vigilancia de la NSA, dando a conocer de qué manera la agencia busca explotar las comunicaciones vía internet. Ninguno de esos programas resultó afectado por la ley que el presidente Barack Obama promulgó el martes en la noche.

«Se ha hablado al respecto como si se tratara de la Declaración de Independencia o algo así», dijo Robert Deitz, un exabogado de la NSA. «Estos ajustes son marginales».

La mayoría de las revelaciones de Snowden han arrojado luz sobre la misión básica de la NSA de recabar información extranjera mediante la intervención de señales, pero la manera en que la agencia hace su trabajo en la era de internet involucra por necesidad explotar debilidades en la misma tecnología que el resto de nosotros utilizamos.

Y esto significa también que la NSA recolecta «inadvertidamente» el contenido de muchas comunicaciones de estadounidenses. Se desconoce exactamente cuánto y quizá no se pueda saber. Pero el gobierno tiene permitido bajo ciertas circunstancias buscar esa información, la cual no fue obtenida con una orden judicial específica.

Y Snowden no ha sido la única fuente de revelaciones respecto a la vigilancia del gobierno.

Esta semana, The Associated Press reportó que el FBI ha estado volando aviones espías sobre ciudades estadounidenses. Y en enero, la Administración de Control de Drogas admitió formalmente que mantuvo una amplia base de datos de llamadas telefónicas realizadas desde Estados Unidos a países extranjeros, un programa que descontinuó en 2013. No está claro exactamente cómo han sido utilizados esos esfuerzos de recolección de datos.

Algunos miembros del Congreso han expresado fuerte oposición a la manera en que la comunidad de inteligencia maneja actualmente la información privada que recolecta de los estadounidenses, especialmente los datos privados que recaba de compañías estadounidenses de tecnología bajo el programa PRISM, también revelado por Snowden.

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