KOBANI
Agencia AP

Cuadras de edificios bajos sin fachadas, concreto destrozado, calles llenas de escombros y restos retorcidos de automóviles y camiones forman el paisaje en Kobani, donde el ruido de los fusiles y los morteros resuena todo el día en combates entre extremistas del grupo Estado Islámico y los defensores curdos de esta ciudad siria.

Los curdos se asoman cuidadosamente a través de sus trincheras reforzadas con sacos de arena, desde donde disparan a presuntas posiciones de milicianos. Mujeres que combaten avanzan con rapidez detrás de sábanas colgadas para bloquear la visibilidad de los francotiradores. Aviones de combate extranjeros sobrevuelan.

Un reporte exclusivo tomado por un video periodista dentro de Kobani ofreció un vistazo inusual en profundidad de la horrenda destrucción que más de dos meses de combates han infligido a la ciudad curda en el norte de Siria, junto a la frontera con Turquía.

Allí, combatientes curdos respaldados por un pequeño número de fuerzas pershmerga iraquíes y rebeldes sirios están enfrascados en lo que ven como una batalla existencial contra los extremistas, que ingresaron a la ciudad a mediados de septiembre como parte de una ofensiva relámpago en el verano después que el grupo Estado Islámico tomó amplias franjas de territorio en Siria y en el vecino Irak.

Apoyados por más de 270 ataques aéreos de una coalición encabezada por Estados Unidos y armas que los estadounidenses les han arrojado desde el aire, los curdos han logrado detener el avance de los extremistas y ahora creen que han cruzado un punto de inflexión.

Varios combatientes del YPG, la principal fuerza miliciana curda, hablaron confiadamente de una próxima victoria. Jamil Marzuka, un comandante, dijo que los enfrentamientos han «entrado en una nueva fase» en la última semana.

«Podemos decirles a todos, no sólo a los que están en el frente, que estamos preparando las estrategias necesarias y planes para liberar la ciudad», afirmó.

Un miliciano del YPG, que sólo proporcionó su nombre de pila, Pozul, dijo que solamente quedan pequeños grupos de extremistas. Aun así, dijo que él y sus compañeros deben mantener la cautela mientras se mueven por los alrededores, ya que francotiradores del Estado Islámico acechan entre las ruinas y los milicianos han colocado trampas explosivas en los edificios que dejaban atrás.

«Están desperdigados para darnos la impresión de que son muchos, pero no lo son», dijo.

Las afirmaciones de los curdos de que la victoria es inminente podrían ser demasiado ambiciosas, pero los periodistas de The Associated Press han detectado que, cuando menos, el impulso que traía el grupo Estado Islámico se ha perdido. Cientos de extremistas han muerto, la mayoría por ataques aéreos.

Activistas dijeron el viernes que combatientes del EI se retiraron de amplias partes del así llamado sector de seguridad curdo, un distrito oriental donde milicianos curdos tiene edificios de seguridad y oficinas. Los extremistas se habían apoderado del lugar el mes pasado.

Zardasht Kobani, un comandante de unidad del YPG de 26 años, ha estado combatiendo día y noche desde hace semanas. Con frecuencia a él y a sus compañeros les han faltado municiones y sueño, dijo. Ahora siente que una victoria importante está al alcance de la mano. La batalla de Kobani ha tenido un simbolismo crucial para ambas partes.

Considera que los extremistas han fracasado en la ciudad y buscan la forma de escapar.

«Pero el EI sabe que escapar de Kobani representa su caída», afirmó.

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