Por JOSHUA GOODMAN,
BOGOTÁ,
Agencia AP
El general cuya captura por los rebeldes suspendió las conversaciones de paz de Colombia es uno de los estrategas de contrainsurgencia más importantes del país, que una vez recibió la insignia de su despacho de manos del general del ejército de Estados Unidos David Petraeus.
La gente que conoce al general Rubén Darío Alzate lo describe como un hombre estudioso, parte de una nueva generación de militares colombianos comprometidos con el uso de proyectos sociales para ganarse los corazones y las mentes de las comunidades pobres en la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC.
El miércoles por la noche se anunció un acuerdo entre las FARC y el gobierno para facilitar la liberación del general y las otras dos personas que fueron retenidas con él durante el fin de semana mientras viajaban por canales de la selva en el oeste de Colombia. No está claro cuándo tendrá lugar ni en qué condiciones. Tampoco se sabe a ciencia cierta qué hacía el militar en esa zona cuando fue capturado por un retén guerrillero en un río remoto, en ropa de civil y sin custodia.
La captura del oficial de 55 años llevó al presidente Juan Manuel Santos a suspender las conversaciones de paz, en marcha desde hace dos años, y a ordenar una gran operación de búsqueda para hallar al general de más rango retenido nunca por los rebeldes.
«Una carrera militar en Colombia está llena de riesgos pero igual uno nunca imagina que eso puede pasar», dijo su esposa, Claudia Farfán, a la Associated Press antes del anuncio del acuerdo. Más tarde, hablando desde su casa en un complejo de apartamentos para cargos militares altamente protegido, dijo que estaba emocionada por la noticia.
«No puedo esperar a que llegue el momento de recibir a mi marido en casa «, dijo.
Farfán dijo que había recibido una gran cantidad de apoyo de los amigos que había hecho durante las cuatro etapas que pasó en Estados Unidos para estudiar.
Alzate estaba tomando un curso de liderazgo en Fort Leavenworth, en Kansas, en 2005 cuando le comunicaron que había sido ascendido a coronel. Presidiendo la ceremonia de promoción estaba el entonces comandante de la base, el ahora retirado Petraeus, que preguntaría al oficial sobre el conflicto de medio siglo de duración en Colombia al mismo tiempo que reescribía el manual de contrainsurgencia del ejército de Estados Unidos para combatir las guerras de Irak y Afganistán.
En 2010, Alzate volvió a Estados Unidos para una maestría en el Army War College cerca de Harrisburg, en Pennsylvania. Su tesis, plagada de referencias a Mao Zedong y al soldado-intelectual francés de principios del siglo XX David Galula, se centra en cómo la cooperación entre el ejército de Colombia y un amplio rango de instituciones gubernamentales, además de agencias estadounidenses, es clave para proteger los avances en el campo de batalla contra las FARC.
«Es obvio que quiere ver cómo el país triunfa y logra un estado de derecho», dijo el coronel estadunidense retirado George Teague, quien recuerda a Alzate como un alumno profundamente comprometido, estudioso y simpático.
La biblioteca de Alzate refleja su curiosidad intelectual. Entre obras de arte enmarcadas de famosas batallas militares estadounidenses hay libros de Colin Powell y una copia muy manida del tratado clásico «De la guerra» de Carl von Clausewitz.
Cuando en enero Santos le nombró responsable del recién creado grupo Titán centrado en la lucha contra la guerrilla en uno de los enclaves donde está más profundamente arraigada, este fue el laboratorio ideal para poner en práctica sus ideas.
Él y los 2.500 soldados a sus órdenes trabajaron mano a mano con las autoridades locales en un plan de desarrollo a 25 años en Choco, donde el 81% de su población mayoritariamente negra vive en la pobreza — más del doble de la media nacional.
Adam Isacson, un veterano analista del conflicto de Colombia en la Oficina de Washington sobre Latino América, dijo que quedó impresionado por la conversación con Alzate sobre el trabajo de desarrollo cuando se reunió con el general en Choco el pasado marzo. En ese momento, Alzate dijo a Isacson que alrededor del 60% de sus recursos se emplearía en proyectos sociales no militares.
«Tenía algunas ideas importantes sobre cómo las fuerzas armadas debían desarrollar buenas relaciones con los colombianos más pobres», dijo Isacson. «Sin duda estaba tratando de dar la impresión de que representa a una nueva generación de mandos militares».
PEDIRÁN EXPLICACIONES A GENERAL
El Congreso colombiano pedirá explicaciones al general Rubén Darío Alzate y a la cúpula militar luego de su liberación por parte de la guerrilla, confirmó ayer el presidente del Senado.
El titular del senado José David Name aludió al papel que jugaba el militar el pasado domingo en una selvática región del norte de Colombia cuando fue retenido y el hecho de que viajara de civil en una misión desconocida por sus superiores y sin escolta.
«En algún momento (Alzate) tendrá que dar una explicación a la Comisión Segunda, que es la encargada del control político a las Fuerzas Militares», aseguró Name, del oficialista partido de La U, mayoritario en el Congreso.
«Tenemos todo el poder para realizar el control político que nos da la Constitución», aseguró a The Associated Press, y dijo que una vez liberado, el oficial tendría que comparecer personalmente ante la Cámara Alta.
Sin embargo el presidente del legislativo aclaró que no se busca juzgar políticamente al general «sino a sus jefes inmediatos».
Sobre la posibilidad de que el oficial se enfrente a algún tipo de sanción por incumplir el protocolo, el presidente del Senado aclaró que es competencia exclusiva del ministro de Defensa y de los altos mandos militares.
«Lo que nos preocupa es qué hacia un general de la República en una zona donde fue secuestrado y en una zona de alto riesgo…, pero lo principal es que sea liberado», insistió respecto al general, el militar de más alto rango capturado por la guerrilla en toda la historia del conflicto interno.
El congresista Jimmy Chamorro, también del partido de La U, aseguró a AP que apenas sea liberado, el Congreso le pedirá al general explicaciones por haber roto, por ejemplo, el protocolo de seguridad al ir sin guardaespaldas y de civil por la zona del Chocó, en el oeste colombiano.
Claudia López, senadora del Partido Verde se manifestó también partidaria de la citación del general para dar explicaciones.
En contraste, José Obdulio Gaviria, senador del opositor partido Centro Democrático, calificó de «ridícula» la eventual citación a Alzate a quien considera ser una víctima de la guerrilla y porque además «estaba cumpliendo órdenes», indicó a AP.
El procurador general Alejandro Ordóñez sostuvo públicamente que el de Alzate fue un secuestro extorsivo y no una retención como han dicho el presidente Juan Manuel Santos y el fiscal general Eduardo Montealegre
Las autoridades dijeron el viernes que el clima en el Chocó no es el mejor, por lo que la liberación podría complicarse a corto plazo. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, se prevén lluvias entre viernes y domingo.
La retención de Alzate llevó a que el presidente Santos suspendiera temporalmente el proceso de paz que desde fines de 2012 adelanta en Cuba con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Dijo que se reanudaría la negociación una vez liberado el alto oficial.
Voceros de Noruega y Cuba, países garantes del proceso de negociación, anunciaron la noche del miércoles que tanto el gobierno colombiano como las FARC habían llegado a un acuerdo para dejar libres a Alzate, a sus dos acompañantes y a dos soldados que, en un hecho separado al del general, fueron hechos prisioneros el 9 de noviembre.
CRUZ ROJA
SE PREPARAN PARA RECIBIR A SECUESTRADOS
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) empezó a preparar la operación para recibir a cinco personas secuestradas por las FARC, entre ellas el general del Ejército Rubén Darío Alzate, cuyas retenciones llevaron al gobierno a suspender el proceso de paz con ese grupo guerrillero.
La portavoz del CICR en Colombia, Patricia Rey, dijo que tras el acuerdo logrado el miércoles entre el gobierno y la guerrilla para la liberación de esas personas, el organismo humanitario emprendió sus tareas de rigor.
«Podemos confirmar que ya hemos empezado a trabajar. Tenemos toda la logística en funcionamiento para que estas personas puedan volver a sus hogares lo antes posible», dijo Rey a la cadena de radio RCN.
Rey dijo que el CICR se está coordinando con el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y se abstuvo de hacer un anuncio sobre la fecha en que los secuestrados serán liberados.
«En el CICR queremos hacer estas operaciones lo antes posible, pero el tiempo, los lugares y por otras condiciones no podemos decir nada porque son operativos complejos. Es imposible decir cuánto se tardaría y cuándo se daría la liberación», comentó.
El CICR ha participado varias veces en los últimos años en procesos de liberación de rehenes de las FARC, tanto militares como dirigentes políticos.