Por JOSH LEDERMAN
BEIJING, China / AP

Poniendo buena cara al futuro de los lazos entre Estados Unidos y China, el presidente Barack Obama anunció hoy que los dos países comenzarán a otorgar visas para los ciudadanos de ambos países que serán válidas hasta por una década. Sin embargo, los temas difíciles quedaron en el aire —como derechos humanos y comercio_, reflejando el difícil camino que tienen al frente las dos potencias económicas.
Obama, que comenzó una gira de una semana por la región, habló ante líderes empresariales reunidos por una cumbre asiática de alto nivel y buscó dispersar la idea de que el interés de Estados Unidos en Asia debe ser motivo de preocupación para los líderes chinos. Beijing ha visto con inquietud el interés de Obama en la región, sospechando que Estados Unidos quiere acotar el ascenso chino, pero el mandatario estadounidense insistió en que «la prosperidad de un país no debe llegar a expensas de otro».
«Queremos que a China le vaya bien», dijo Obama. «Competimos en los negocios, pero también buscamos cooperar en un amplio rango de desafíos y oportunidades compartidas».
El anuncio de la visa se conoció tan pronto como Obama llegó a Beijing, en una muestra adelantada de lazos más cercanos que permitieron al presidente retratar la relación como una asociación de buena fe. Obama aseguró que si Estados Unidos y China pueden trabajar juntos, todo el mundo se beneficiará.
En el marco de la conferencia del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), Obama también tuvo un breve encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin, aliado del líder chino Xi Jinping y quien está en conflicto con Washington por las acciones de Moscú en Ucrania. Sin embargo, no tuvieron tiempo de hablar de algún tema, dijo un funcionario estadounidense que no quiso revelar su nombre por no estar autorizado a informar al respecto.
En el primer día del jefe de la Casa Blanca en China abundaron los recordatorios de las agudas diferencias que han causado que las dos potencias económicas sean profundamente desconfiadas entre sí.
En la embajada estadounidense, Obama recibió a los jefes de estado de otros 11 países —excluyendo a China— que buscan un pacto comercial que se ha visto dilatado.
«Seguiremos trabajando para lograrlo», declaró el presidente, quien señaló que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) es el «modelo de comercio del siglo XXI».
El acuerdo ha sido piedra angular del esfuerzo de Obama por ampliar la influencia de Washington en Asia, pero también es un punto de conflicto con Beijing, que no es parte del tratado y ha respondido buscando su propio pacto comercial regional.
Respecto de las visas, según el acuerdo el lunes los ciudadanos chinos y estadounidenses podrán conseguir visados de negocios y turistas a corto plazo válidos durante 10 años, a diferencia de las visas de un año actuales. Los visados de estudiantes e intercambio, actualmente de un año, serán válidos durante cinco años.
Washington tiene previsto empezar a emitir los nuevos visados el miércoles. La Casa Blanca dijo que el acuerdo podría inyectar miles de millones de dólares en la economía estadounidense. Autoridades dijeron que se trabajó en él durante meses.

 

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