Por LYNN BERRY,
MOSCÚ
Agencia AP
En otra señal de que la responsabilidad por el accidente se está ampliando más allá del conductor de la topadora de nieve con la que impactó el jet privado mientras despegaba, el aeropuerto anunció que aceptaba las dimisiones del director general y de su segundo de abordo.
El accidente que costó la vida al CEO de Total SA, Christophe de Margerie, a última hora del lunes ha sido visto no solo como una tragedia sino como una vergüenza para Rusia en un momento en que intenta fortalecer sus relaciones con Occidente.
La única persona que fue detenida inmediatamente después del accidente fue el conductor de 60 años de la máquina quitanieves, Vladimir Martynenko, que los investigadores dijeron que había estado bebiendo. Su abogado insistió en que su cliente no bebe alcohol por una enfermedad de corazón.
Los investigadores presentaron el jueves el resultado del análisis de alcohol en sangre de Martynenko, que dijeron que mostraba un nivel del 0.06%. Rusia tiene una política de tolerancia cero al alcohol para todos los conductores, por no hablar de los que trabajan en aeropuertos, pero la cifra está por debajo del 0.08% del límite legal para conducir en Estados Unidos y Gran Bretaña.
También el jueves, un tribunal de Moscú ordenó que Martynenko siga bajo custodia hasta el 21 de diciembre mientras se sigue investigando el caso.
El Comité de Investigación dijo el jueves que entre los sospechosos están ahora el jefe del control de vuelos, dos controladores aéreos y el ingeniero que estaba a cargo de la retirada de nieve.
El aeropuerto de Vnukovo, que es propiedad de la ciudad de Moscú, dijo que Andrei Dyakov, que trabajó como director general desde 2005, y el subdirector renunciaron a sus puestos por el incidente, mientras que otros puestos directivos fueron suspendidos.