Por E. EDUARDO CASTILLO y FELIX MÁRQUEZ,
MÉXICO
Agencia AP

Benjamín Mondragón, alias «Benjamón» y uno de los supuestos líderes de la organización criminal, se mató al verse acorralado por las autoridades tras un intercambio de disparos en la localidad de Jiutepec, en el estado central de Morelos, dijo el funcionario no autorizado a ser identificado porque no se ha informado oficialmente sobre el caso.

El funcionario expresó que no tenía información sobre si Mondragón estaría directamente involucrado en la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

Comentó que inicialmente se les había reportado que Mondragón había sido abatido en el enfrentamiento con las fuerzas federales, aunque después recibieron información de que el presunto capo se suicidó cuando estaba a punto de ser arrestado, aunque no tenía detalles sobre cómo lo hizo.

Las desapariciones ocurrieron luego de varios ataques ocurridos la noche del 26 de septiembre cuando la policía y civiles armados dispararon a los autobuses en los que los estudiantes se disponían a dejar Iguala, un municipio del estado sureño de Guerrero. Los disparos dejaron seis muertos y 25 heridos.

Las autoridades han reportado que algunos alumnos habrían sido detenidos por policías municipales y entregados a miembros de Guerreros Unidos.

Políticos y autoridades han señalado que familiares de la esposa del alcalde Iguala hacen parte del grupo Guerreros Unidos. Y tanto el burgomaestre, José Luis Abarca, como su cónyuge, María de los Ángeles Pineda, han sido declarados como prófugos de la justicia por las autoridades.

Más de una treintena de personas han sido detenidas, 26 de ellos policías de Iguala y el resto presuntos sicarios de Guerreros Unidos, un grupo que surgió tras divisiones en el cartel de los hermanos Beltrán Leyva.

Los supuestos miembros del grupo del narcotráfico han dado información a las autoridades para localizar nueve fosas en distintos lugares de Iguala y de dónde se han recuperado varios cuerpos que algunos temen sean de los jóvenes estudiantes.

La desaparición de los jóvenes ha desatado la indignación de diversos sectores dentro y fuera de México, y ha sacudo la imagen de relativa mejoría en seguridad pública que el gobierno federal ha tratado de mostrar en los casi dos años que lleva en el poder el presidente Enrique Peña Nieto.

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