Por TIM SULLIVAN y KELVIN CHAN,
HONG KONG
Agencia AP

En algunos tramos de la bloqueada autopista de seis carriles que corta el corazón del distrito financiero de Hong Kong, permanecían apenas unas docenas de estudiantes, mientras el tráfico y los peatones volvían a las calles.

Un joven activista adormilado se cepillaba los dientes mientras comenzaba la hora punta, escupiendo a una alcantarilla. Cerca, un manifestante dormido seguía tumbado en una silla de nailon, con boca abierta y las gafas torcidas.

A pesar del descenso en los números, los líderes estudiantiles insistieron en que el movimiento estaba lejos de la derrota y prometieron que abandonarán las negociaciones si la policía les obligaba a desalojar las protestas que se mantienen.

Michael Leung, un estudiante de 14 años que vestía el uniforme de su colegio y hacía sus tareas sobre el cemento, dijo que era importante tener a gente en todos los lugares y a todas las horas. Era la tercera noche que, tras acudir a sus clases, iba a la zona de protestas.

«Ahora ves que el número de personas está disminuyendo porque no hay grandes acciones del gobierno y la policía», dijo. «Pero creo que si el gobierno o la policía quieren limpiar esta zona, la gente volverá a salir».

En la sede del gobierno, cuya entrada ha estado bloqueada por los manifestantes durante una semana, media docena de estudiantes seguían controlando las barricadas. Ocho policías permanecían cerca, hablando entre ellos.

A última hora del lunes, Lau Kong-wah, subsecretario de Asuntos Constitucionales del territorio, dijo que el gobierno y los estudiantes habían concretado los términos para conversaciones, diciendo que los dos bandos llegarían al diálogo como iguales.

Lester Shum, un líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, confirmó el acuerdo pero dijo que no habían discutido ni llegado a un consenso sobre la agenda. No se ha fijado la fecha para el diálogo.

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