Por Diana Renée
Río de Janeiro,
Agencia AP
Rousseff, quien según las encuestas se perfila como clara favorita a conquistar un nuevo mandato, se convirtió en el principal blanco de Silva y Neves, quienes buscan conquistar una plaza en la segunda ronda electoral, que se realizará el 26 de octubre.
El senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien marcha tercero en la disputa, acusó el gobierno de utilizar los servicios estatales de los Correos para boicotear su candidatura en su principal bastión político, el estado de Minas Gerais.
«Estamos recibiendo cientos de denuncias según las cuales las correspondencias enviadas por nuestra campaña, en forma democrática, confiando en la integridad de una empresa secular, no llegaron a sus destinatarios. Si esto se demuestra, será un delito sin precedentes en la historia política de Minas Gerais», disparó el candidato.
Rousseff, a su vez, calificó de «absurdas» las sospechas de Neves, que se basan también en un reportaje publicado por el diario conservador «O Estado de Sao Paulo», que reveló un video en el que un funcionario de los Correos en Minas Gerais afirma que la institución tuvo una participación «fuerte» en el aumento del apoyo popular a la mandataria en el estado.
La mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) desestimó las denuncias en forma tajante, al ser indagada sobre el tema: «¡Por favor! Ustedes son periodistas. ¿Ustedes creen en esto? Estamos viviendo un momento electoral, y ello genera una situación algo tensa. Esto es absurdo», expresó.
El PT en Minas Gerais, a su vez, afirmó que la «participación fuerte» mencionada en el video se refiere a los funcionarios de los Correos que apoyan el gobierno y que se tomaron vacaciones para apoyar la campaña de Rousseff a la reelección, y no a un supuesto uso de la empresa estatal para favorecer la candidata oficialista.
Por otra parte, la ambientalista Marina Silva, quien según los últimos sondeos ocupa el segundo lugar en las preferencias de los electores, dedicó hoy su último programa de propaganda electoral por televisión a atacar duramente a Rousseff, a quien acusó de mentir al afirmar que ignoraba los casos de corrupción en su gobierno descubiertos por la policía federal.
El ataque de la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) fue una reacción a la campaña de Rousseff, quien sostuvo que Silva mintió a los brasileños al afirmar que, como senadora, había apoyado la creación de un impuesto sobre movimientos financieros creado para financiar los servicios públicos de salud, pese a que los documentos del Congreso revelan que votó en contra de la iniciativa.
«Creo que un presidente puede equivocarse, puede confundirse, pero un presidente no puede mentir», disparó la mandataria, al aludir al tema.
La respuesta de Silva fue igualmente dura: «Que no me llame mentirosa. Mentira es la de quien dice que no sabe que había robo en Petrobras», reprochó Silva en alusión a las investigaciones policiales que se desarrollan en (relativo) secreto sobre la desviación de recursos de la petrolera estatal para pagar sobornos a políticos aliados del gobierno.
Rousseff, que disfruta de un cómodo liderazgo en las encuestas -con entre un 39 y un 40 por ciento de las intenciones de voto-, abandonó la estrategia de ataques a los adversarios y adoptó un tono moderado en su último programa, que incluyó un diálogo con su popular antecesor y padrino político, Luiz Inacio Lula da Silva.
«Mi segundo mandato fue mejor que el primero. Tuve más experiencia, más seguridad y más apoyo para llevar adelante mis programas», dijo Lula, mientras que Rousseff prometió un cambio en los rumbos de su gobierno, criticado por una parte significativa de los brasileños: «Gobierno nuevo, ideas nuevas», expresó.
El tono agresivo utilizado por los dos principales rivales de Rousseff en vísperas de la elección aumenta la expectativa hacia el último debate televisivo, que será difundido al final de la noche de este jueves por la red televisiva Globo.
Será la última oportunidad de la mandataria para buscar los votos que le faltan para lograr la reelección en la primera vuelta, una hipótesis que los analistas consideran como muy poco probable, pero no imposible.
Por su parte, Silva -cuya candidatura sufrió una acentuada merma de apoyo en las últimas semanas y tiene hoy un 25 por ciento de las intenciones de voto-, necesita el debate para afianzarse en la disputa y mantener su ventaja sobre Neves, quien tiene hoy entre un 19 y un 20 por ciento de las preferencias y todavía aspira a avanzar a la segunda ronda.