Por DAVID WARREN y LAURAN NEERGAARD,
DALLAS,
Agencia AP
El hombre, que no ha sido identificado, tiene pronóstico grave y está en aislamiento en el Hospital Presbiteriano de Salud de Texas desde el domingo, indicaron ayer las autoridades. No se ha difundido su nacionalidad ni su edad.
Las autoridades han comenzado a rastrear a familiares y amigos que puedan haber tenido contacto cercano con él y podrían estar en riesgo de enfermarse. Sin embargo, las autoridades dijeron que no hay otros casos sospechosos en Texas.
Tom Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), dijo que el hombre salió de Liberia el 19 de septiembre, llegó al día siguiente para visitar a familiares y comenzó a sentirse mal cuatro o cinco días después. Señaló que no está claro cómo se contagió.
«No tengo ninguna duda de que vamos a controlar esta importación», dijo Frieden a los periodistas. «No tengo ninguna duda de que lo detendremos aquí».
Stanley Gaye, presidente de la Asociación de la Comunidad Liberiana de Dallas-Fort Worth, dijo que la población de 10.000 liberianos en el norte de Texas es escéptica sobre las afirmaciones del CDC porque el ébola ha arrasado su país.
«Hemos dicho a la gente que intente mantenerse alejada de reuniones sociales», dijo Gaye en una reunión de la comunidad el martes por la noche. Los actos sociales multitudinarios son una parte importante de la cultura liberiana.
«Necesitamos saber quién es para que (los familiares) también puedan ser examinados», dijo Gaye a The Associated Press. «Si lo saben, deben hacérnoslo saber».
Los pasajeros que salen de Liberia pasan por una rigurosa inspección, dijo la autoridad del aeropuerto de ese país el miércoles. Pero esa inspección no garantiza que una persona infectada no pase por el aeropuerto si no muestra síntomas de la enfermedad, advirtió Binyah Kesselly, titular de la junta de directores de la Autoridad Aeroportuaria de Liberia.
Expertos del CDC asisten al personal del aeropuerto de Monrovia, donde se inspecciona a los pasajeros para detectar los signos de infección, incluso fiebre, y se les preguntan detalles de su viaje. En todo el aeropuerto hay recipientes de plástico con agua cloratada para lavarse las manos. Liberia es uno de los tres países más afectados por la epidemia junto con Sierra Leona y Guinea.
Los síntomas del ébola pueden incluir fiebre, dolor muscular, vómitos y hemorragias, y pueden presentarse hasta 21 días después de la exposición al virus. La enfermedad no es contagiosa hasta que comienzan los síntomas, y se necesita un estrecho contacto con los fluidos corporales de un enfermo para que se propague.
La vicepresidenta de la asociación, Rosaline Sayon, instó a todos los que pudieran haber entrado en contacto con el virus a visitar a un médico, y advirtió en contra de sembrar la alarma en la comunidad.
«No queremos sembrar el pánico», dijo. «No dejen que el estigma les impida hacer las pruebas».
Frieden dijo no creer que los pasajeros que tomaron el mismo avión que el paciente corrieran peligro.
Cuatro trabajadores de salud estadounidenses infectados mientras trabajaban como voluntarios en el occidente de África han sido atendidos en instalaciones especiales de aislamiento en hospitales en Atlanta y Nebraska. Tres se han recuperado.
Además, un médico estadounidense expuesto al virus en Sierra Leona está bajo observación en una instalación similar de los Institutos Nacionales de Salud.
Estados Unidos únicamente cuenta con cuatro de esas unidades de aislamiento. Los CDC han insistido en que cualquier hospital puede atender con seguridad a alguien con ébola.
Se cree que el ébola ha infectado al menos a 6.500 personas y más de 3.000 decesos se han vinculado a la enfermedad en África.