Por KEN DILANIAN
WASHINGTON /Agencia AP

«Reconozco la contradicción en una tierra de contradicciones y una circunstancia contradictoria», declaró Obama en entrevista para el programa «60 Minutes» de la CBS difundida el domingo. «No vamos a estabilizar Siria bajo el régimen de Assad», cuyo gobierno ha cometido «terribles atrocidades», afirmó el mandatario.

«Por otra parte, en función de las amenazas inmediatas que afronta Estados Unidos, el EIIL y el grupo Jorasán, éstos tienen la capacidad para asesinar a estadounidenses», agregó. El EIIL es el acrónimo alternativo del grupo Estado Islámico, que ha roto con al-Qaida y se ha apoderado de grandes partes de territorio en Irak y Siria.

El grupo Jorasán es una célula de extremistas que Washington afirma trama atentados contra Occidente en cooperación con el Frente Nusra, afiliado de al-Qaida en Siria. Ambos grupos han sido en los últimos días blanco de los ataques aéreos estadounidenses; juntos constituyen la oposición militar más importante contra Assad, cuyo gobierno Estados Unidos desea llegue a su fin.

Obama dijo que su primera prioridad es erradicar a los extremistas que suponen una amenaza contra Irak y Occidente. Para derrotarlos, afirmó, es necesario una fuerza terrestre local que sea competente, situación que ningún analista pronostica ocurrirá pronto en Siria, no obstante los planes de Washington para armar y adiestrar a los rebeldes «moderados».

Estados Unidos ha dicho que no concertará cooperación con el gobierno de Assad.

«En este preciso momento, tenemos un plan de campaña (bélica) con fuertes probabilidades de triunfo en Irak», señaló el presidente. «Siria es una situación de más desafío», apuntó.

El mismo domingo, pero horas antes, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, criticó la estrategia de Obama para destruir al grupo Estado Islámico.

En declaraciones al programa «This Week» de la ABC, Boehner afirmó que Estados Unidos quizá «no tenga más opción» que enviar efectivos estadounidenses si fracasa en ese objetivo la conjunción de los ataques aéreos estadounidenses y una campaña terrestre con fuerzas iraquíes, combatientes curdos y rebeldes sirios moderados.

«No tenemos más opción», declaró Bohener. «Estos grupos son bárbaros. Pretenden asesinarnos a todos. Si no los destruimos primero, pagaremos el precio», apuntó.

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